Las nebulosas planetarias se forman a partir de una de las etapas finales en la vida de estrellas de masa baja e intermedia, como la de nuestro Sol. Tras agotar su combustible de hidrógeno y helio, estas estrellas desprenden al espacio exterior sus capas externas para convertirse en una enana blanca. Las regiones más próximas a la estrella son más calientes y muestran una ionización mayor que las más lejanas y frías de la nebulosa a su alrededor.
Para entender cómo pasó esto, un grupo de astrofísicos levantó de los archivos imágenes de la región donde se encuentra la peculiar nebulosa. Resulta que hace tan solo 50 años —un instante en la cronografía del universo— en núcleo de HuBi1 era 10.000 veces más brillante de lo que es hoy.
"Lo más sorprendente es la estructura de ionización del cascarón brillante central, cuya región interna, más fría que la más externa, desafía las leyes más básicas de la termodinámica y apunta a un episodio peculiar en la evolución estelar", señala Martín A. Guerrero, investigador del CSIC del Instituto de Astrofísica de Andalucía, que ha liderado el trabajo.
Los investigadores continuarán estudiando la evolución de HuBi1, ya que se trata de uno de los escasos ejemplos de estrellas renacidas observados. "Además, viniendo de una estrella progenitora similar al Sol, la nebulosa HuBi1 constituye un ejemplo de un posible episodio final para nuestra estrella", concluye Guerrero.
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