"Francia aboga por la celebración de elecciones [este año], Italia declaró que está en contra; los destinos de los libios de pronto están en manos de Estados foráneos, estamos de acuerdo con Francia, saludamos la realización de elecciones [durante el año en curso]", expresó.
Además, se acordó trabajar en la unión de las fuerzas de seguridad del país; parte de los destacamentos armados se integrarían a las estructuras militares oficiales y otra parte entregarían las armas.
Sin embargo, Roma declaró que estas elecciones deberían ser pospuestas para el año venidero, cuando se estabilice la situación en el país.
Libia vive una profunda crisis desde 2011, año en que fue derrocado y asesinado su líder Muamar Gadafi, tras lo cual surgió una dualidad de poderes.
Sin embargo, ese Gobierno, que existe desde el 31 de marzo de 2016, no ha sido reconocido hasta la fecha por el Parlamento con sede en Tobruk (noreste del país), que cuenta con el apoyo del jefe del Ejército Nacional, Jalifa Haftar.
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La dualidad de poderes y el colapso del sistema de seguridad en Libia después del derrocamiento de Gadafi, llevaron a un crecimiento de la actividad de grupos insurgentes armados y de organizaciones terroristas.