"Estamos al tanto del incremento de las actividades de Irán en el golfo Pérsico, el estrecho de Ormuz y el golfo de Omán, estamos vigilando atentamente y continuaremos trabajando con nuestros socios para garantizar la libertad de navegación y el libre flujo de mercancías en las aguas internacionales", comunicó el portavoz de CENTCOM, el capitán Bill Urban, a través de su cuenta de Twitter.
A principios de julio, el general de la Guardia Revolucionaria de Irán, Ismail Kousari, declaró que la nación persa estaba lista para bloquear el estrecho e impedir el transporte de petróleo a otros países si se bloquean las exportaciones del crudo iraní.
El Departamento de Estado norteamericano comentó con anterioridad que Washington trataría de convencer a sus aliados para que dejaran de comprar petróleo a Irán para principios de noviembre.
El estrecho de Ormuz es una de las principales vías de distribución de hidrocarburos. A través de sus aguas se exporta una quinta parte de todos los combustibles fósiles consumidos en el mundo. En su parte más estrecha tiene solo 39 kilómetros de ancho, cuyas aguas son compartidas por la República Islámica y el sultanato de Omán. En esta área solo 10 kilómetros son aptos para el transporte marítimo.
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La clave está en que para atravesarlo todos los navíos —incluidos los de la Armada de EEUU— tienen que navegar por aguas territoriales iraníes. Teherán permite de manera voluntaria que todos los buques atraviesen el estrecho, pero se reserva el derecho de cerrarlo en caso de que surja cualquier amenaza a su seguridad.
Según explicó el secretario de Estado, Mike Pompeo, las sanciones estadounidenses contra el sector petrolero iraní comenzarían a regir desde el 4 de noviembre.
El pacto, conocido como Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC), establece limitaciones al programa nuclear iraní para excluir su posible dimensión militar, a cambio del levantamiento de las sanciones internacionales.
Washington también ordenó restablecer "al máximo" las restricciones contra Teherán, y no descartó introducir sanciones secundarias dirigidas contra las empresas que tienen negocios con Irán.