"Para mí es ridículo lo que oigo sobre intentos de socavar la democracia estadounidense, es una muestra de una paranoia que supera los límites", dijo al referirse a las conclusiones del informe de senadores de EEUU sobre la supuesta injerencia rusa en la campaña electoral estadounidense en 2016 por medios sociales.
El canciller señaló que Moscú propuso en muchas ocasiones a Washington ocuparse de los problemas de ciberseguridad "sin habladurías, ni acusaciones infundadas", pero de momento no hay una cooperación práctica al respecto.
El 1 de agosto la red social Facebook eliminó 32 páginas y cuentas en las que supuestamente detectaron actividades destinadas a influir en la política de EEUU en vísperas de las elecciones de medio periodo, previstas para noviembre y en las que se renovará parte del Congreso legislativo.
La red social señaló que se encuentra en las etapas iniciales de su investigación y aún no sabe quién está detrás de esas cuentas.
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No obstante, la portavoz del Departamento de Estado de EEUU, Heather Nauert, al aplaudir el bloqueo de dichas cuentas en Facebook, "exigió que Rusia y otros actores malintencionados cesen de inmediato su conducta insensata".
La comunidad de inteligencia de EEUU publicó más temprano, a principios de 2017, un informe acusando a Rusia de haber orquestado una campaña de influencia para minar la confianza en el proceso democrático estadounidense y reducir las opciones de la candidata demócrata, Hillary Clinton, en las presidenciales de 2016.
Esta campaña de influencia, según el informe, habría sido aprobada al más alto nivel e incluyó hackeos, filtraciones y uso de medios de información y redes sociales pero no repercutió en el conteo de votos.
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Tanto el Kremlin como el Ministerio de Exteriores ruso negaron rotundamente la implicación de Moscú en los supuestos ciberataques.