Johnson, citado por el bloguero Tyler Durden, considera que la política fiscal proactiva aplicada por las autoridades chinas no alcanzará su objetivo, dado que la creciente deuda externa cada vez abarca una mayor parte del PIB chino.
Además, Pekín decidió recortar en 65.000 millones de yuanes los impuestos —más de 9.500 millones de dólares— para apoyar a los negocios a gastar más dinero en investigación y desarrollo.
Según Johnson, la actual situación se asemeja a la que se produjo en 2014, cuando el Gobierno chino realizó una serie de micro estímulos para apoyar su economía. No obstante, las actuales medidas emprendidas por China son considerablemente más pequeñas que las aplicadas en 2014.
El Instituto de Finanzas Internacional estimó que en mayo de 2017 la deuda externa de China superó el 300% de su PIB. Teniendo en cuenta el hecho de que el PIB chino alcanzó 12 billones de dolares en 2017, Johnson considera que ahora el país asiático necesitará mayores estímulos para empujar su economía.
"Si Johnson tiene razón, China ya no será en la futura crisis la locomotora que impulsará el crecimiento global", concluye Tyler Durden en su artículo publicado en el portal Zero Hedge.
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