Premisas de una crisis global
En los últimos meses, las divisas de casi todos los países en vías de desarrollo han experimentado un cierto tipo de presión ejercida por una combinación de factores como el aumento de las tasas de interés de los bonos estadounidenses y el fortalecimiento del dólar, señala Marsel Salíjov en su análisis para el periódico ruso RBC.
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La primera señal de que el auge de los mercados en vías de desarrollo finalmente se acabaría fue el hecho que a finales del 2016 la Reserva Federal de EEUU aumentó sus tasas de interés. A raíz de esta medida, los países que tenían grandes déficits en sus cuentas corrientes y que contaban con enormes cargas de deuda externa se encontraron en una zona de riesgo.
"No es una sorpresa que los primeros en caer víctimas fueran jugadores débiles en el equipo de los mercados en vías de desarrollo como Argentina y Turquía", escribe el periodista.
¿Por qué Argentina?
La inflación que se salió del control del Banco Central de Argentina, la inesperada subida de los impuestos para los inversores no residentes y el empeoramiento de los pronósticos sobre las cosechas de soja contribuyeron al éxodo masivo de inversores de este país latinoamericano.
Salíjov considera que la causa radica en la política aplicada por el presidente argentino Mauricio Macri. Al llegar al poder en 2015, el mandatario prometió cambiar radicalmente la política económica de Argentina.
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Su estrategia se basaba en un plan que preveía reducir el déficit presupuestario por varios años. Los jugadores del mercado al principio creyeron en sus promesas y las inversiones extranjeras en la economía argentina aumentaron. Estos flujos permitieron al Gobierno de Macri reducir el déficit. No obstante, después de que aparecieran los primeros reportes de que las metas fijadas por Macri se estaban reconsiderando, los inversores se apresuraron a abandonar el mercado argentino.
La lira enferma de Erdogan
"Durante mucho tiempo Turquía también ha sido el 'pato cojo' de los Estados en vías de desarrollo. Actualmente, el país otomano cuenta con un imperturbable déficit en la cuenta corriente que oscila entre el 4 y el 6% del PIB y un déficit presupuestario crónico del 2 o el 3% del PIB. En estas condiciones Ankara necesita constantemente aumentar su deuda externa", recalca el autor del artículo.
En año pasado, las autoridades turcas decidieron apoyar la economía y otorgaron créditos a aquellos que los necesitaban. Esta suave política crediticia permitió aumentar el crecimiento del PIB de Turquía hasta el nivel de crecimiento del PIB de China: el 7,4%. El aumento del dinero en circulación coadyuvó a que la inflación superara el 10%.
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Salíjov recalca que esto contradice por completo la tradicional teoría económica: no se puede reducir la tasa de inflación sin acudir al aumento de los intereses, ya que ayuda a disminuir el dinero en circulación.
Lecciones de la historia
El reconocido economista estadounidense Paul Krugman considera que la nueva tormenta económica global se asemejará a la crisis asiática de 1998.
En aquel entonces, la depreciación de las monedas nacionales de los países en vías de desarrollo condujo a que se aumentara la carga de su deuda externa denominada en divisas extranjeras.
Como consecuencia, la carga de deuda real no hizo nada más que aumentar. Este incrementó debilitó la economía de los Estados asiáticos.