"El Gobierno de México expresa su más enérgica condena por el incidente ocurrido el sábado pasado [el 28 de julio] ante las instalaciones de nuestro consulado general en la ciudad de Nueva York, en donde un grupo de manifestantes gritaron consignas racistas y repartieron panfletos en contra de la comunidad migrante mexicana", denunció en un comunicado la secretaría de Relaciones Exteriores mexicana.
El posicionamiento del Gobierno mexicano expresa asimismo "su más profundo rechazo a estas prácticas racistas y xenofóbicas que son fuente de encono y discriminación, y que deterioran el clima en el que se desarrolla la relación bilateral".
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El Gobierno de México subraya en defensa de los migrantes las aportaciones de los mexicanos a la economía de los EEUU "y sus contribuciones a las comunidades en las que residen", prosigue la protesta.
Esas aportaciones de la comunidad mexicana migrante "merecen respeto a sus derechos y a su dignidad en un clima de pluralidad y tolerancia", enfatiza la oficina del canciller Videgaray.
En dicha labor, "se apoyará con sus aliados de la sociedad civil que han combatido la discriminación de manera permanente".
Desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, en enero de 2017, el Gobierno de ese país ha endurecido su política migratoria, con acciones policiales, judiciales y la orden de completar un muro en toda la frontera terrestre de ambos países.
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El mandatario ha expresado en numerosas ocasiones que los migrantes indocumentados son la causa de actos de violencia extrema en las ciudades de EEUU.
El episodio más reciente es la separación de unos 2.000 menores de sus padres, madres y familiares detenidos sin documentos, mientras encaran procesos judiciales federales.