Las caídas libres ya son una tradición. A esos 28 metros de altura se concentran no pocos temerarios dispuestos a lanzarse, sin cuerda y sin nada, mientras ven su vida pasar por delante de sus ojos.
Eso sí: se necesita cierta experiencia y un poco de preparación antes de atreverse. Sobre todo porque el río, aunque sea verano, sigue estando muy, muy frío.
A finales de la década de 1960, la tradición adquirió los tintes de una competencia deportiva que ahora se celebra todos los años a finales de julio. Si bien el Puente Viejo ('Stari Most', en serbocroata) se construyó por primera vez durante el Imperio Otomano, en 1993, en plena guerra entre Croacia y Bosnia y tras 427 años en pie, fue destruido. Hasta que se reconstruyó en 2004.