Cada año, los creyentes ortodoxos siguen esta tradición entre las noches del 18 y el 19 de enero.
Sacerdotes y feligreses de muchas iglesias se dirigen a ríos y lagos en que se abre un boquete en el hielo (como regla en forma de cruz), y se zambullen tres veces en el agua elevando un rezo.
Se cree que durante la Epifanía el agua adquiere propiedades sanadoras especiales y es capaz de purificar el alma.
Además, miles de personas van a la iglesia para conseguir agua bendita.