El 26 de julio, Trump anunció "grandes sanciones" por el caso del evangélico que fue arrestado en Turquía por sus presuntos vínculos con los organizadores del fallido golpe de Estado contra Erdogan en julio de 2016.
"No vamos a dar marcha atrás por las sanciones", subrayó Erdogan, según recoge el diario Haberturk.
El mandatario turco remarcó que su país no negociará el caso de Brunson.
Erdogan advirtió además que Estados Unidos podría perder un aliado cercano.
El pastor estadounidense estaba en prisión desde octubre de 2016 y pasó a arresto domiciliario por amenazar la seguridad nacional a causa de sus presuntos vínculos con el movimiento del clérigo islamista Fethullah Gulen y apoyo al Partido de los Trabajadores del Kurdistán, reconocido como terrorista por Ankara.
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Además, el presidente de Turquía aseguró que su país acudirá a los tribunales internacionales si Estados Unidos incumple el contrato sobre el caza F-35.
"Dicen que no pueden darnos los F-35, en ese caso iremos al arbitraje internacional", señaló Erdogan, según declaraciones recogidas por el periódico.
El mandatario turco remarcó que su país tiene alternativas para el caza estadounidense.
Altos cargos norteamericanos amenazaron en reiteradas ocasiones a Turquía con sanciones por comprar material militar ruso.
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Pese a la tensión, Washington formalizó el 21 de junio la transferencia del primer F-35 a Ankara, aunque la aeronave se quedará en territorio estadounidense, según fuentes oficiales otomanas, hasta noviembre de 2019 para el entrenamiento de los pilotos turcos.
El avanzado sistema antiaéreo S-400 Triumf (SA-21 Growler en la clasificación de la OTAN) es capaz de abatir objetivos aéreos de tecnología furtiva, misiles de crucero, misiles balísticos tácticos y táctico-operativos.
Tiene un alcance de hasta 400 kilómetros y por sus prestaciones pertenece a la generación 4+ y es el doble de eficaz que sus antecesores.
