"Haití no es otra cosa que una perfecta neocolonia de los Estados Unidos. Los norteamericanos impusieron a partir de 1915 una serie de estructuras económicas en favor de sus intereses y de los de la pequeña oligarquía haitiana. Esta es la base para entender el trágico empobrecimiento del pueblo. Haití no es pobre, es un país empobrecido. Habría que decir que las fuerzas populares, más allá de sus heroicas resistencias, no encontraron los medios para revertir la situación", afirmó Henry Boisrolin, coordinador del Comité Democrático Haitiano.
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La rebelión surgida a principios de julio por el aumento del precio de los combustibles, impuesta por el Fondo Monetario Internacional, terminó con la renuncia del primer ministro Jack Guy Lafontant (aún no reemplazado) y expuso las fisuras de una sociedad que sobrevive en condiciones infrahumanas, según Boisrolin.
"Desde 2004 Haití está ocupada formalmente a través de un engendro creado por el Consejo de Seguridad de la ONU, la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH). Después de 13 años de violar niñas, masacrar y manipular elecciones, le cambiaron el nombre, sacaron a los militares y dejaron todo lo demás, con el nombre de MINUJUSTH, Misión para el Apoyo a la Justicia en Haití. Los países que la integran están traicionando su propia historia. Violaron la soberanía y autodeterminación de Haití. Fue una ayuda no solicitada por gobiernos democráticos haitianos", señaló.
Boisrolin aseguró además que las potencias no perdonan el hecho de que Haití haya sido la única revolución antirracista victoriosa de la historia protagonizada por esclavos negros, un mal ejemplo para sus vecinos.
"La invasión no se debe solo a las riquezas en recursos naturales. En la división internacional del trabajo, Haití es el país de producción de mano de obra súper barata. Geopolíticamente hablando, Haití comparte la misma isla con la República Dominicana, es el país más próximo a Cuba. Hay rutas comerciales marítimas que pasan por nuestras costas para poder llegar a EEUU con el petróleo que sacan de otras partes. Haití tiene una parte del Caribe que está en línea directa con Venezuela. Por eso es importante. Además es el país donde la oligarquía no puede ganar sin fraude. Por eso no hay elecciones libres. Cualquier cambio revolucionario en Haití impactaría en República Dominicana, haría tener una mejor relación con Cuba y con el mundo negro. Haití es un símbolo importante incluso para los negros norteamericanos", apuntó.
Cubanas. Mujeres en Revolución, las constructoras de la historia
"No es que solo hablan las que nacieron en la Revolución, se habla también de las heroínas que lucharon en el Moncada y que luego ocuparon puestos de responsabilidad, como Vilma Espín. Las mujeres son forjadoras de la nación cubana ya desde la época de la lucha contra la conquista. Habían un pelotón que se llamaba Mariana Grajales, que estaba en la sierra Maestra, por ejemplo. Las mujeres son parte desde el comienzo. Tenemos que rescatarlas nosotras", indicó Torrellas.
Asimismo, trazó una línea histórica que va desde la conquista de derechos como el acceso al aborto libre y seguro hasta la discusión del matrimonio igualitario contemplado en la reforma constitucional. "Hace 60 años que las cubanas tienen aborto, se ha dado el derecho a decidir sobre los hijos, cuándo tenerlos. Eso lo tienen conseguido junto con la educación sexual", observó.
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"Cuba lleva trabajando con su población para que se acepten todas las sexualidades. Lo que han hecho en la Constitución es poner el camino para algo en lo que se lleva preparando a la sociedad desde hace años. Ahora va a llegar el matrimonio igualitario y todo el mundo lo va a aceptar porque se ha hecho un gran trabajo para preparar al pueblo", aseguró Torrellas.
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