Para el columnista del medio ruso Izvestia Andréi Óntikov la respuesta es obvia: el próximo teatro de operaciones será la zona de distensión de Idlib. No obstante, destaca que allí Siria y sus aliados podrían enfrentarse a una seria prueba.
La última zona
Las operaciones antiterroristas siguen su curso en la zona de distensión de la provincia de Deraa. Allá aún queda un insignificante enclave del ISIS en la región, pero muchos de los combatientes de la oposición armada colaboran con el Gobierno o son transportados a la provincia de Idlib, en el norte del país.
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Precisamente allí se encuentra la última zona de distensión de las cuatro que fueron acordadas tanto por Rusia, EEUU y Jordania como durante el proceso de Astaná.
Desde entonces, en mayo del mismo año, Rusia, Irán y Turquía establecieron allí puntos de observación para supervisar el cumplimiento del cese al fuego en el marco de los pactos de Astaná.
Sin embargo, la situación en el área ahora es "relativamente más estable" y hay indicios de que será más difícil tomarla bajo control por la vía militar, afirma el columnista.
Problema familiar
Óntikov explica que una de las características que diferencian Idlib de las demás zonas de distensión es el hecho de que los combatientes de la oposición de todo el país fueron trasladados a esta región durante las treguas. Además, Idlib es 'la tierra natal' del Frente al Nusra, organización terrorista proscrita en Rusia.
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No obstante, el columnista considera que este no será el principal reto para el Ejército sirio y las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia, que ya tienen experiencia en el conflicto. El problema es que junto con los terroristas también se trasladaron a Idlib sus familias.
"Muchos observadores destacan que es difícil llamar a sus familias civiles. Hubo casos en los que los hijos de los terroristas de 10 o 12 años de edad decapitaban a los soldados sirios igual de bien que sus padres", explicó.
Por esta razón Óntikov se muestra seguro de que una campaña militar en la región atraerá una oleada de críticas contra Damasco y Moscú, especialmente teniendo en cuenta que si el Gobierno sirio controlara Idlib, esto equivaldría a la derrota total de los terroristas en Siria.
Obstáculos turcos
De acuerdo con él, la atención que Turquía presta a todo lo que ocurre en Idlib es completamente lógica: en el noroeste, esta provincia linda con el país otomano, mientras que en el norte toca con los territorios sirios que el Ejército turco tomó bajo control durante su operación contra los kurdos.
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Considerando el hecho de que en la zona de distensión hay una gran cantidad de grupos de la llamada oposición armada que están bajo control de Turquía, una operación militar siria en la región podría desestabilizar la cooperación entre Moscú y Ankara, subraya el columnista.
Por otra parte, en las últimas semanas la base aérea rusa en Hmeymim fue atacada por drones en múltiples ocasiones, añade Óntikov. No hubo víctimas o daños, pero los ataques provenían de la zona de distensión de Idlib, razón por la cual la presencia de extremistas en esta área "tampoco complace a Rusia".
¿Es posible una solución pacífica?
De acuerdo con él, los medios árabes señalan que la evacuación de los civiles de estas dos ciudades no hubiera sido posible sin la intermediación de Rusia y Turquía. De hecho, Ankara propuso a Moscú su proyecto para solucionar el problema de Idlib en lo que los medios locales llamaron la Carta blanca.
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Uno de los pasos propuestos en la misiva, cuya existencia todavía no fue confirmada por Moscú, es llevar a cabo una conferencia de todos los grupos armados involucrados en Idlib, incluidos los terroristas. Según explica el autor, en el transcurso de esta conferencia los representantes turcos exigirían que los combatientes les entregaran su armamento mediano y pesado a cambio de la garantía rusa de que Damasco no iniciaría una operación militar en el área.
En caso de que los medios locales tengan razón y exista esta carta, el documento puede coincidir con las exigencias de Moscú, que en reiteradas ocasiones llamó a diferenciar a la oposición armada de los grupos terroristas.
"Y si consiguen convencer a los combatientes para que entreguen sus armas medianas y pesadas, esto realmente será un enorme avance", destaca Óntikov.
Aunque se observen ciertos pasos reales para controlar la situación en Idlib como la liberación de los civiles de Fue y Kefrai, los verdaderos avances en esta dirección tendrán lugar después de la próxima cumbre del formato de Astana, que se celebrará a finales de julio en la ciudad rusa de Sochi.
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