El presidente Mauricio Macri cerró el domingo 22 la tercera reunión de ministros de finanzas y presidentes de bancos centrales del G20, organizado en el Centro de Exposiciones y Convenciones (CEC) de la capital.
La encuesta del Monitor del Humor Social elaborado por D'Alessio IROL / Berensztein, publicada el 1 de julio, indicó que solo 14% de los entrevistados cree que el préstamo con el FMI servirá para evitar una crisis.
Publicada una semana antes, un sondeo de IDEIA Big Data mostró que el 64% de los encuestados descree en la declaración del Fondo "que dijo que el objetivo del acuerdo es la expansión del crecimiento, la creación de empleos y el rescate de la confianza del mercado para reducir las necesidades financieras del país".

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El fuerte operativo de seguridad en el que estuvo envuelto el CEC impidió el acercamiento a menos de un kilómetro de la marcha convocada para el sábado al mediodía por más de 300 organizaciones en repudio al pacto con el FMI. Liderada por los frentes de izquierda, el socialismo, agrupaciones barriales y de desaparecidos durante la dictadura militar, la movilización no tuvo la participación esperada a pesar del rechazo generalizado por el Fondo.
"Creo que es importante que los que están acá reunidos, que son los ministros de economía de las 20 naciones más poderosas del planeta, y el Fondo Monetario, que vino a monitorear a ver si el ajuste se hace, tengan claridad de que hay un pueblo que mayoritariamente repudia lo que están haciendo y que les va a ser imposible aplicar las medidas. Acá va a haber lucha y va a haber resistencia", dijo a Sputnik Alejandro Bodart, secretario general del partido Movimiento Socialista de los Trabajadores (MTS) y ex legislador porteño.

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En dos escenarios improvisados, referentes de las agrupaciones rechazaron las políticas económicas del Gobierno y el endeudamiento internacional, criticaron la represión policial y denunciaron la complicidad de las entidades sindicales por no adherir a la marcha.
La Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) y representantes de la Confederación General del Trabajador (CGT) habían participado de dos movilizaciones el día anterior, así como partidos de la oposición, organizaciones piqueteras y organismos de derechos humanos. La convocatoria a estas marchas también había sido escasa.
"Lo que está en juego es hipotecar aún más el futuro de más y más generaciones. Nuestros jubilados están pasando hambre y con este ajuste van a pasar muchísimo más hambre porque incluso van a aumentar la edad jubilatoria", dijo Bodart.

"Acá está en juego el trabajo de los argentinos, está en juego el tema de la posibilidad de obra pública para crear empleo porque todo el dinero va a ir a pagar deuda. O sea, está en juego nuestro futuro, por eso tenemos que salir todos a movilizarnos", agregó.
Mientras se leía el documento redactado por los organizadores de la marcha del sábado, Miriam, que forma parte de la organización comunitaria MTR 12 de abril, se acercó hacia el escenario abriéndose paso con sus dos hijos de 12 y 10 años. "Pongan atención porque esto es importante", les dijo.


"Ya sabemos como termina esto, ya lo vivimos en el 2001 cuando le entregaron todo al FMI", le dijo a Sputnik, y agarrando a sus hijos de los hombros añadió: "Esto lo van a seguir pagando ellos cuando sean grandes si nadie hace nada".