Allí, se realizará un "acto público y masivo" en el que se leerá la carta, que cuenta con el apoyo de distintos referentes del arco político opositor, de la sociedad civil organizada y del movimiento sindical, explicó a Sputnik Juan Martín Carpenco, integrante de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), una de las organizaciones convocantes.
"Creemos que ha entregado al FMI el manejo del Gobierno y de las decisiones fundamentales de Argentina. (…) Necesitamos que Lagarde escuche que hay una posición y un número importante de argentinos que no está de acuerdo con lo que está haciendo el Gobierno", dijo Carpenco.
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Según el portavoz de la CTEP, a la Administración de Mauricio Macri "se le ha descontrolado totalmente la política económica" y ha entrado en una "pendiente descendiente", con una previsión de ajuste de 300.000 millones de pesos para 2019 (11.000 millones de dólares).
A criterio de los manifestantes, además del préstamo stand-by por 50.000 millones de dólares concedido por el FMI, el país seguirá pidiendo créditos, situación que lo empujará hacia una situación aún más delicada que solo beneficiará a los "pools sojeros y a la banca privada".
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"La carta fue redactada en parte por abogados. Hay un título en derecho internacional que habla de deuda odiosa y execrable, cuando el Gobierno de un país toma deuda que atenta contra los intereses nacionales. Por lo tanto es posible que si se reclama esta deuda se reconozca como ilegítima", precisó Carpenco.
Además de la manifestación del viernes, se realizará otra a las 12.00 (16.00 GMT) del sábado 21, en las inmediaciones de las avenidas Pueyrredón y Las Heras de Buenos Aires. Según Carpenco, se espera que la afluencia sea masiva a pesar del "bloqueo mediático" que a su criterio existe en el país para aquellas voces que desafíen las medidas del oficialismo.
Asimismo subrayó el carácter pacífico de las manifestaciones, ante la posibilidad de represión por parte de las fuerzas federales. La finalidad es "mostrar que hay una multitud de ciudadanos conscientes" en contra de "la reconfiguración política, económica y social de un país para el mediano y largo plazo" que implica el acuerdo.
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La vuelta de Argentina al FMI recuerda a muchos el estallido social de 2001, cuando tras una década de aplicación a rajatabla de las recetas del organismo, el país vivió una de sus peores crisis económicas. Para el integrante de la CETP, actualmente preocupa "la velocidad" con la que se está llegando a un panorama similar.
"Solo con caminar un poco por las calles de la ciudad de Buenos Aires, uno ve la cantidad de gente durmiendo en la calle. Familias que se nota que hace poco tenían vivienda porque están con muebles, cuadros o sillones en la calle", describió.
"Nuestros comedores comunitarios habitualmente eran un simple refuerzo para unidades productivas, como cooperativas de cartoneros que después de trabajar toda una jornada, a la noche comían todos juntos. Hoy en día esto no es así, la gente se acerca a los comedores con hambre", concluyó.