Li Kai, experto de la universidad financiera de la provincia de Shanxi, subrayó la intensidad de los contactos entre China y los países europeos en 2018.
Según él, la causa principal de estos éxitos es el deterioro de las relaciones de Pekín y Bruselas con EEUU. Puso de relieve el hecho de que EEUU presiona a los países europeos con la financiación de la OTAN, en detrimento de los intereses europeos, lo que hace que chinos y europeos compartan posiciones en cuestiones como el sistema comercial mundial y el proceso de globalización. Además, les une la imposición de aranceles por parte de Washington.
"En realidad, la guerra comercial entre Trump y China ha ampliado nuestro círculo de amistades. En esta guerra provocada por EEUU, China y la UE son las fuerzas principales que impiden los daños a la economía mundial. (…) Con la cumbre, las relaciones de confianza entre China y la UE se han reforzado, y la cooperación se desarrollará en campos aún más amplios", explicó Li Kai.
En años anteriores ambas partes no lograron firmar una declaración conjunta —tal y como hicieron esta vez— por varias razones, incluidos los desacuerdos en relación con la cuestión de los derechos humanos. En esta ocasión, se señala en la declaración conjunta el deseo de cooperar en este campo y de mantener relaciones "sobre la base del respeto mutuo y la igualdad de derechos". Acordaron colaborar en un formato bilateral y en el marco de los mecanismos globales, incluida la ONU.
Por otra parte, y tal y como se había anticipado, no hubo éxito en un acuerdo de inversión. El vicepresidente del Instituto de Europa de la Academia de Ciencias de Rusia, Vladislav Belov, aclaró que es difícil para la UE y China acordar algo porque ambas partes tienen sus intereses y exigencias.
"Con China y Alemania, por ejemplo, de momento no veo ningún compromiso. Ambas partes tienen sus reclamaciones. China cree que Alemania practica proteccionismo, incluso en el campo de las inversiones. Alemania cree que China practica proteccionismo en los campos de la banca, los seguros y la automoción. Por ahora no se ve ninguna señal de que China o los países de la UE puedan proponer algo satisfactorio para ambas partes y que aumente su colaboración", explicó el experto.
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A pesar de las contradicciones en los campos del intercambio de inversiones, ambas partes se necesitan la una a la otra cada vez más, opina. Así, durante la visita de Li Keqiang a Alemania —que acabó el 10 de julio— se firmó una serie de acuerdos por un valor de 20.000 millones dólares. En Pekín fueron suscritos varios memorandos de entendimiento en los campos del comercio, las inversiones, la regulación arancelaria y otros, lo que supone una buena muestra del reforzamiento de las relaciones, concluyó el experto.