Durante estos 10 días, Chantawong enseñó a los niños a meditar y se ocupó de racionar la comida. Incluso les daba a los chicos toda la comida y agua que le correspondían a él. Los rescatistas destacaron que, por esta causa, el adulto era el más débil de todos al salir de la cueva.
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Ekapol Chantawong perdió a sus padres y su hermano cuando tenía tan solo 10 años. Después de ello se hizo monje y vivió en un monasterio hasta que volvió a su pueblo natal hace tres años. En principio llegó para cuidar a una anciana, pero más tarde encontró su actual trabajo, en el que ejerce de segundo entrenador del club de fútbol juvenil Jabalíes.
Doce chicos del equipo junior de fútbol y su entrenador desaparecieron el pasado 23 de junio después de que entraran en la cueva Tham Luang y quedaran incomunicados a causa de una repentina inundación. Más tarde, en el transcurso de una operación de rescate, todos ellos fueron salvados, pero desgraciadamente un buzo tailandés falleció.
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