En 2017, China compró alrededor de una mitad de los desechos reciclables estadounidenses con el fin de procesarlos y reusar los materiales, según destaca el estudio publicado en la revista Science Advances.
"Ningún otro país o incluso grupo de países sería capaz de procesar volúmenes de basura equiparables a los que importaba China", señaló la experta Adina Renee Adler a AFP.
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En estas condiciones, los desechos inicialmente destinados al envío a China se van acumulando en las instalaciones de separación de basura en EEUU, así que las autoridades locales se ven obligadas a pagar por su procesamiento.
En cuanto al caso de EEUU, cabe destacar que el propio país tiene poca capacidad para reciclar la basura, y por lo tanto lleva décadas mandando la mayor parte de los desechos a otros países.
La posibilidad de que Pekín llegue a reestablecer la importación de la basura estadounidense representa una opción poco probable dentro del marco de la guerra comercial entre China y EEUU y las tensiones políticas subsiguientes.
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¿Tendrán que empezar los estadounidenses a pagar más por el privilegio del reciclaje?