"El mosquito invasor Aedes aegypti es una de las plagas más peligrosas del mundo, capaz de propagar enfermedades devastadoras […] y responsable de infectar a millones de personas con enfermedades en todo el mundo cada año", dijo en un comunicado Rob Grenfell, director de Salud y Bioseguridad de Commonwealth Scientific and Industrial Research Organisation (CSIRO), una de las organizaciones que llevó adelante el proyecto junto a Verily y la Universidad James Cook.
Los machos se aparearon con mosquitos hembra locales, los huevos no eclosionaron y se produjo una reducción significativa de su población. "Los resultados fueron una gran victoria", aseguró Grenfell.
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El proceso, conocido como la "técnica de insecto estéril", se ha utilizado con éxito desde la década de 1950, pero el desafío de hacerlo funcionar para mosquitos como el Aedes aegypti ha sido criar suficientes mosquitos, eliminar hembras mordedoras, identificar a los machos y luego liberar los enormes números necesarios para suprimir una población.
Aunque la mayoría de los mosquitos no propagan enfermedades, los tres tipos más letales, Aedes, Anopheles y Culex, se encuentran en casi todo el mundo y son responsables de alrededor del 17% de las transmisiones de enfermedades infecciosas a nivel mundial.
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"El aumento de la urbanización y el calentamiento de las temperaturas significan que hay más personas en riesgo, ya que estos mosquitos que alguna vez fueron relegados a áreas cercanas al ecuador superan los límites climáticos previos", señaló el científico en el comunicado.