347 miembros del Sínodo General —el cuerpo legislativo de la Iglesia de Inglaterra— votó a favor de esta decisión simbólica y cuatro, en contra.
La nueva regla se aplicará al fondo de inversión de 11.003 millones de dólares de los Comisionados de la Iglesia, así como al fondo de jubilación de 3.049 millones de dólares supervisado por la junta de pensiones y otros 2.651 millones de dólares de otros fondos de la Iglesia anglicana.
Los Comisionados de la Iglesia tenían alrededor de 163 millones de dólares invertidos en empresas de hidrocarburos a finales del año pasado.
La política ética de inversiones de la Iglesia dicta que todas las inversiones deben ser compatibles con los valores cristianos. Por lo tanto, no invierte en compañías cuya facturación exceda el 10% por venta de armas; el 3% por pornografía; el 10% por tabaco; así como por juegos de azar, armas de fuego no militares, préstamos de altos intereses y clonación embrionaria humana.
Sin embargo, en 2013, la Iglesia anglicana se vio en medio de un escándalo al revelarse que invirtió de manera indirecta en la firma electrónica de crédito Wonga, después de que el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, la criticara por prácticas poco éticas. El primado anglicano dijo sentirse "avergonzado" y "molesto" tras revelarse que la misma iglesia tiene inversiones en Wonga a través de una sociedad de capital de riesgo estadounidense. Se trata de una compañía de préstamo digital conocida por facilitar créditos a muy corto plazo y a intereses muy altos, lo que lleva a veces a un mayor endeudamiento de las personas, que acuden a estos préstamos por encontrarse en situaciones financieras extremas. Es por esto que la Iglesia anglicana retiró sus inversiones de esta empresa.