Durante una sesión de preguntas al Gobierno francés, la ministra del Trabajo, Muriel Penicaud, dejó claro que las autoridades no tienen planeado reescribir la circular sobre el estado civil del 23 de julio de 2014. Este restringe el uso de los signos diacríticos (como el de la 'ñ') en los nombres.
El origen de la disputa se remonta al caso del pequeño Fañch (Francisco, en bretón), cuyos padres llevan más de un año luchando con las autoridades para poder registrar el nombre original de su hijo. El Tribunal de Primera Instancia había rechazado este nombre con el argumento de que la 'ñ' no aparece en la circular del 23 de julio de 2014 que detalla la lista oficial de marcas diacríticas.
Es por eso que el pequeño había sido inscrito en los documentos con el nombre de Fanch. La Constitución del país establece que el idioma francés es el único admitido para el establecimiento de actos oficiales. Es por eso también que, por ejemplo, miles de franceses de origen español ven cambiado su apellido original por Munoz, Ibanez o Muniz, en sus documentos oficiales.
No obstante, Bretaña es una de las regiones con mayor identidad cultural en Francia, lo que se ve reflejado en su propia lengua bretona, de origen céltico y que incluye la 'ñ' en su alfabeto. Los padres del pequeño Fañch tienen una nueva cita con el tribunal de apelación el 8 de octubre, para defender el pleno uso de su lengua y el nombre de su hijo.