Este producto se usa en muchas cocinas, pero casi nadie sabe que contiene un 25% de azúcar. Se trata del ajo, cuya dulzura no sentimos porque está camuflada por sus aceites esenciales y la alicina.
Por sí misma, la alliina genera pocos beneficios en el cuerpo humano, pero una vez se empieza a cortar, triturar o masticar, la aliina se convierte en alicina, un antibiótico natural. La alicina, a su vez, es capaz de hacer frente a las inflamaciones y evitar la reproducción de bacterias patógenas, además de mejorar la inmunidad y proteger al organismo contra virus e infecciones. Sin embargo, para que dé ese efecto, el ajo debe ser triturado completamente.
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Gracias a la alicina, el ajo se ha convertido en uno de los vegetales favoritos de los atletas, ya que esta sustancia contribuye a la acumulación de masa muscular. Por supuesto, no es tan efectiva como los esteroides, pero por otra parte no genera ningún daño en el cuerpo.
La alicina mejora la actividad del cerebro y normaliza el sistema nervioso, pero estas no son las únicas ventajas del ajo, dado que también contiene una gran cantidad de vitamina A (necesaria para la visión, la piel sana y las membranas mucosas), vitamina PP (que evita el insomnio y la depresión), vitamina D (necesaria para el cuerpo para absorber el calcio y el fósforo) y vitaminas del grupo B (que favorecen la piel y el cabello).