En palabras del presidente de la compañía, Robin Li, "2018 se convierte en el primer año en el que la conducción autónoma comienza a comercializarse". Para Li, la simbólica cifra de 100 unidades fabricadas demuestra que la industria se va abriendo paso.
En la plataforma colaboran 116 empresas tecnológicas y automotrices y 10.000 desarrolladores, explican en New Atlas.
El Apolong puede transportar a 14 personas y sus responsables llevan enfrascados en el desarrollo desde octubre de 2017. Goza del nivel 4 de conducción autónoma de la Sociedad de Ingenieros de Automoción (SAE), una calificación que implica que el vehículo es capaz de conducir por sí mismo sin la intervención de un humano en ciertas condiciones. Entre los sensores que lo hacen posible hay radares laser y radares de ondas milimétricas para evitar colisiones y cámaras.
El próximo paso es ahora dar el salto a ciudades chinas del tamaño de Pekín empezando por lugares cercados como parques y aeropuertos.
En varios países del mundo se están realizando proyectos de vehículos autónomos, sobre todo con autopiloto. No obstante, en cuanto a los aparatos destinados desde el inicio a funcionar como microbuses, no se habla de llegar a la fase de fabricación masiva, esos proyectos todavía no son igual de populares.
Un proyecto parecido: MatrЁshka, el autobús no tripulado, recorre las calles de Sochi