Los expertos coincidieron en que el cierre del estrecho provocaría una crisis energética global, dado que los precios del petróleo aumentarían bruscamente y posiblemente llegarían hasta los 400 dólares por barril.
"El cierre del estrecho de Ormuz (…) es improbable, ya que en realidad sería una declaración de 'guerra' por parte de Irán, tanto a los países exportadores de petróleo, que lo transportan a través del estrecho, como a los principales importadores, es decir, a EEUU, Europa y China", explicó a Sputnik el analista Vasili Tanurkov.
Fue el 4 de julio cuando el comandante del cuerpo militar persa, Ismail Kowsari, declaró que la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán estaba preparada para cerrar el estrecho y cortar el transporte de petróleo, en caso de que algún país impidiera las exportaciones de petróleo iraní.
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Anteriormente, un alto funcionario estadounidense comunicó que Washington intentaría hacer que sus aliados renunciaran totalmente a las compras del crudo iraní.
Tanurkov indicó que el estrecho es una de las rutas de transporte petrolífero más importantes del mundo. Cada día, buques petroleros trasladan alrededor de 17 millones de barriles de Irán, Catar, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí e Irak. Actualmente, la mayoría de los países mencionados no posee vías terrestres alternativas.
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Debido a las serias consecuencias del supuesto cierre del estrecho, los expertos opinan que en realidad Teherán se limitará a las amenazas verbales. A este respecto, los interlocutores de Sputnik recordaron también que en varias ocasiones el país ya articulaba amenazas semejantes que jamás se han hecho realidad.