"No queremos otorgar licencias o exenciones porque hacerlo reduciría notablemente la presión sobre Irán, y esta es una campaña para ejercer presión", dijo Hook.
El funcionario añadió que, sin embargo, "estamos listos para trabajar caso a caso con los países que están reduciendo sus importaciones, pero como en nuestras demás sanciones no queremos otorgar licencias ni exenciones".
El segundo tramo está dirigido al sector de la energía y a las transacciones y negocios de petróleo y derivados, así como a los negocios con el Banco Central de Irán y entraría en vigor el 6 de agosto.
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A inicios de mayo, el presidente Donald Trump anunció que su Gobierno se retiraba del Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC), conocido como el acuerdo nuclear de Irán.
Poco después, el Departamento del Tesoro indicó que revocaría las licencias de los fabricantes de aeronaves Boeing y Airbus para vender aviones a Irán.
Estados Unidos sancionó asimismo en mayo a cuatro entidades turcas que contribuyeron a la compra de equipos y repuestos a las aerolíneas iraníes ya sometidas a sanciones.
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El 6 de junio la Comisión Europea informó que activaba el estatuto de bloqueo que "exime a las empresas de la UE [Unión Europea] de los efectos extraterritoriales de las sanciones estadounidenses, permite a las empresas obtener una reparación por el perjuicio resultante de esas sanciones por parte de la persona que lo provoca, y anula el efecto en toda la UE de las sentencias extranjeras basadas en dichas sanciones", según el comunicado oficial.
Esta medida está encaminada a permitir que el BEI apoye inversiones de la UE en Irán, en especial para las pequeñas y medianas empresas.
El PAIC fue adoptado en 2015 por Irán, Alemania, China, EEUU, Francia, el Reino Unido y Rusia para lograr, en un período de 10 años, que la infraestructura iraní de armas nucleares se convirtiera con fines pacíficos.