A finales del 2017, las relaciones entre Pyongyang y Washington eran sin duda tensas. El analista señala que Corea del Norte no tenía culpa de esto.
Ya por entonces los norcoreanos habían ultimado la creación de un sistema de disuasión estratégica.
"Por primera vez, los estadounidenses se enfrentaron a una situación en la que un intento de llevar la democracia a través de las alas de misiles nucleares podía acabar con un proyectil balístico intercontinental explotando en suelo estadounidense. Era algo inadmisible", indica Asmólov.
El Gobierno estadounidense tuvo que tomar entonces una decisión muy dura: ir a la guerra o tratar de negociar y atemperar las tensiones. Trump eligió la segunda opción, recuerda el analista.
Al aceptar ir a la cumbre, Trump se arriesgó mucho más que Kim, ya que hubo mucha gente que se opuso, entre ellos aquellos que querían que Trump "metiese la pata hasta el fondo", es decir, sus enemigos, subrayó.
"Había también conservadores acérrimos que esperaban que la visita fuera a convertirse en un escenario para darle patadas a Kim y hacer que firmara una rendición incondicional. En realidad, todo pareció ser una conversación entre dos líderes en pie de igualdad. Y, ¡qué horror!, los estadounidenses se permitieron hacer concesiones a Pyongyang", ironiza Asmólov.
Many good conversations with North Korea-it is going well! In the meantime, no Rocket Launches or Nuclear Testing in 8 months. All of Asia is thrilled. Only the Opposition Party, which includes the Fake News, is complaining. If not for me, we would now be at War with North Korea!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) July 3, 2018
"En este sentido, Trump tuvo que hacer un buen negocio vendiendo los resultados de su visita. El lema 'evita una guerra nuclear' es muy beneficioso para un negociante", añade.
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Asmólov pone de relieve que Pyongyang fue el primero en tomar la iniciativa de mejorar las relaciones cuando propuso a principios de 2018 que sus deportistas tomasen parte en los Juegos Olímpicos de invierno.
El argumento para el que Washington no tiene respuesta
Los norcoreanos declaran estar dispuestos de veras a realizar el desarme, pero no tienen planes de ceder sus armas en cuestión de dos años, puesto que tienen un argumento para el que Estados Unidos no puede dar una respuesta normal, enfatiza.
"Dirá que Corea del Norte ya no dispone de armas nucleares, de manera que [Estados Unidos] puede lanzar tranquilamente 'una ofensiva democrática contra el régimen tiránico' y bombardearlo sin riesgo de respuesta alguna [por parte de Pyongyang]", prevé Asmólov.
Al mismo tiempo, el analista subraya que las relaciones entre Corea del Norte y Estados Unidos viven una época de "deshielo estratégico".
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Asimismo, pone de relieve que el plan de resolución actual se parece a las anteriores propuestas de China y Rusia, que suponían una moratoria a las pruebas nucleares y lanzamientos de misiles, mientras Washington, por su parte, tendría que reducir sus actividades militares en la zona, en particular dejar de celebrar maniobras.
"De ahí en adelante podría seguir negociando 'ad infinitum', porque mientras hablan los diplomáticos, los tambores de guerra se paran", concluyó.