Europa busca la ley que defienda a los menores de violaciones y abusos sexuales

El presidente había optado por considerar que los 15 años podría ser el límite. El Consejo de Estado ha paralizado la iniciativa por riesgo de inconstitucionalidad.

El proyecto de ley defendido por la Secretaría de Estado para la Igualdad entre Mujeres y Hombres, Marlene Schiappa, que en teoría debería proteger de los delitos sexuales a los menores, podría en realidad convertirse en un elemento de protección para violadores de niñas.

Juristas, psicólogos y, por supuesto, decenas de asociaciones de defensa de los derechos de los menores han puesto el grito en el cielo ante las precauciones que los más altos magistrados de la nación han puesto al proyecto. De la edad mínima de consentimiento de 15 años se ha pasado a distinguir entre "abuso sexual con penetración" y el delito de violación. La pena por violación es de 20 años y la de abuso sexual sin violencia demostrada es de 5.

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Pascal Cussig, abogado y presidente de una asociación de defensa de la infancia, considera que si el nuevo texto es aprobado, una violación de un menor sería considerada menos grave que si la víctima es un adulto.

Relaciones sexuales con niñas de 11 años

Francia asistió sorprendida hace unos meses a dos procesos judiciales contra hombres que habían mantenido relaciones sexuales con niñas menores.

En un primer caso, un joven de 28 años tuvo una relación sexual con penetración con una niña de 11 años. En el otro, un hombre de 30 años fue considerado libre de culpa por mantener una relación sexual con otra niña de once años, pues, según los jueces, "no hubo ni coacción, ni violencia, ni amenazas, ni sorpresa", los elementos que la ley actual exige para justificar un delito de violación.

¿Relaciones sexuales consentidas con niñas de once años? Así se interpreta todavía hoy en Francia hechos que cualquier persona no especializada en la infancia encuentra aberrantes. "La Justicia fracasa en la protección de los menores", afirma sin tapujos la presidenta de la Asociación Memoria Traumática y Victimología, Muriel Salmona, quien recuerda también que solo un 4% de las violaciones de menores es objeto de denuncia.

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Las asociaciones insisten en que la ley debería de dejar claro que una penetración sexual de un adulto sobre un menor de 15 años se considere un crimen. Proponen, además, que, en el caso de incesto, la edad límite del consentimiento se fije en 18 años.

Ocho de cada diez franceses piensan que una relación sexual con penetración con un menor de 15 años debe ser considerada automáticamente como una violación. SI la ley es aprobada sin un límite de edad para el consentimiento sexual, Emmanuel Macron perderá el crédito que sus promesas sobre asuntos de sociedad despertó entre la mayoría de los ciudadanos.

En varios países de Europa el debate sobre el consentimiento sexual está en plena actualidad. En España, la liberación provisional de los miembros de la llamada 'la Manada', acusados de haber violado en grupo a una joven en Pamplona, ha despertado una ola de indignación. La ley mantiene aún la diferencia entre "abuso sexual" y "violación", esperando el trabajo de los legisladores.

Suecia: sin acuerdo explícito, es violación

Suecia ya ha sacado adelante otra ley que dictamina que cualquier acto sexual sin acuerdo explícito, incluso sin amenaza o violencia, será considerado como violación. Aprobada con el apoyo de los socialdemócratas y el partido de 'los verdes', la ley deja en manos de los jueces la consideración de determinar si ha habido consentimiento mediante palabras, gestos, u otra manera de expresión. Según la Orden de Abogados y el Consejo de las Leyes, la nueva ley obligará a hacer una evaluación arbitraria de los hechos.

La Ministra de la Paridad, Lena Hallengren, reconoce que el fenómeno #MeToo ha facilitado la adopción de la nueva normativa: #MeToo ha demostrado que queda mucho por hacer para luchar contra el acoso y la violencia sexual en el trabajo y en el resto de la sociedad".

Suecia, un país que se presenta como ejemplo de igualdad entre sexos, encabeza las listas de naciones con mayor número de violaciones, según la ONU y otras organizaciones intergubernamentales. En 2017, más de 7.000 denuncias por violación fueron interpuestas; un 10% más que el año anterior. Entre 2004 y 2016, los casos de violación se multiplicaron por dos: de 10.419, a 20.284.

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La situación ha llegado a tal punto que algunos de los tradicionales festivales de música veraniegos han prohibido la entrada a hombres, y otros se han anulado. Las críticas a esta decisión señalan que las mismas medidas habrían de tomarse, por las mismas razones, en discotecas, bares o escuelas.

La poca transparencia de las autoridades políticas y policiales suecas ha propiciado que una parte de la opinión pública —como en otros países del Norte de Europa— culpe a los inmigrantes y a sus descendientes de una mayoría de las violaciones denunciadas. En el extranjero se aprovecha políticamente la situación. El ideólogo del Brexit, Nigel Farage, consideraba a Suecia como "la capital de la violación en Europa".

Un inmigrante, pero en este caso especial, protagonizó otro escándalo que ha avergonzado a Suecia en los últimos meses. El francés Jean-Claude Arnault, casado con la poeta y miembro de la Academia de los Nobel, Katarina Frostenson, es acusado formalmente de dos violaciones y otros casos de acoso sexual a mujeres del mundo cultural local. Otras 16 mujeres han denunciado por violación a Arnault en actos cometidos en dependencias de la Academia y en los apartamentos que el "líder cultural" tiene en Estocolmo y París.

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Para intentar explicar el elevado número de violaciones contabilizados en Suecia, algunas voces defienden que cuanto mayor es el índice de igualdad, más alto es el número de denuncias.