El 26 de junio de 2018 se celebró el aniversario del descubrimiento de la figura de un hombre gigante dibujada en la tierra en el estado de Australia Meridional. Según el piloto que detectó por primera vez la figura, Trevor Wright, el descubrimiento fue fruto de la casualidad. No obstante, ese mismo día empresas y medios locales recibieron faxes anónimos que les informaron de la existencia del geoglifo.
Esta figura de 4,2 km de longitud se corresponde con la de un cazador aborigen, según afirman los pobladores indígenas, y fue llamado así en honor a un pueblo aledaño, informa la publicación argentina La Nación.
Desde su descubrimiento, el Hombre de Marree ha sido objeto de fascinación y continúa planteando preguntas dos décadas después. Además, en los últimos tiempos su popularidad no ha hecho más que aumentar tras haberse multiplicado los vuelos turísticos que permiten tener una mejor perspectiva de la figura.
Phil Turner, dueño de un bar en Marree, cree que el geoglifo fue creado por 'profesionales', porque la figura es demasiado grande y solo parece posible delinear sus contornos con la ayuda de un GPS.
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El dueño tradicional del territorio, el pueblo indígena arabana, interpretó el Hombre de Marree como una profanación de sus tierras. No obstante, la gerente de la Corporación Aborigen Arabana, Lorraine Merrick, afirma que la comunidad reconoce que la figura se ha convertido en un icono y que por eso va a elaborar una estrategia para su futuro. Así, en 2016 ya tuvo lugar una restauración del geoglifo.