Los expertos rusos hacen hincapié en que sin la redistribución de los ingresos de la exportación del petróleo, el país nunca alcanzará la paz.
El ENL, a su vez, controla las terminales de exportación de petróleo más grandes del país, Ra's Lanuf y Es Sider, desde septiembre de 2016. Su potencial de exportación es de aproximadamente 800.000 barriles por día, mientras que la producción diaria total de petróleo en Libia es de aproximadamente un millón de barriles.
No obstante, el Gobierno provisional del este de Libia no tiene capacidad de exportar el crudo de manera independiente, ya que la comunidad internacional solo coopera con el GAN, que tiene su sede en Trípoli. Todos sus intentos de contrabando han fracasado, pero al mismo tiempo, el control de las terminales otorga al mariscal Haftar un peso significativo y le brinda la oportunidad de maniobrar en la escena política libia, escribe Kommersant.
"Tobruk puede controlar el petróleo, pero nadie lo comprará. Haftar lo entiende y está tratando de aumentar los ingresos, o bien mantener el control sobre la infraestructura petrolera, ya que el GAN puede crear un nuevo sistema de seguridad donde no habrá lugar para el mariscal", dijo el experto.
A su juicio, mientras que las principales fuerzas políticas en Libia no estén de acuerdo sobre la redistribución de los ingresos petroleros, no puede haber ninguna reconciliación nacional.
Según los acuerdos alcanzados en la conferencia en París a finales de mayo, celebrada bajo los auspicios de la ONU con la participación del jefe del Gobierno de Acuerdo Nacional, Fayez Sarraj, y Jalifa Haftar, en diciembre de este año se planean las elecciones presidenciales y parlamentarias. Pero sin la paz nacional, tendrán poco sentido.
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Al mismo tiempo, el director de Oriente Medio y el Norte de África de la ONG internacional Centro de Diálogo Humanitario, autorizada por las Naciones Unidas para coordinar el proceso de reconciliación nacional en Libia, Romain Grandjean, recalcó que la mayoría de los libios involucrados en el proceso de reconciliación se preocupan por el tema de la redistribución de los ingresos del petróleo.
"Hemos escuchado de muchas fuerzas diferentes en diferentes regiones del país el mismo mensaje: queremos un Estado fuerte construido sobre la base de una mejor redistribución de los ingresos nacionales, y esto requiere una mayor descentralización", dijo.