Mientras Moscú, de todas maneras, aplaudiría el levantamiento de las sanciones, hay importantes consecuencias de esta acción de los países occidentales contra Rusia, afirmó el canciller ruso.
Según él, los últimos años demostraron que en estos ámbitos "es imposible confiar en las naciones occidentales".
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"No se puede depender de las tecnologías occidentales ya que pueden desaparecer en cualquier momento. No se puede depender de los productos cotidianos provenientes de Occidente ya que pueden cortar los suministros en cualquier momento", detalló el ministro al calificar estas conclusiones como "muchas lecciones aprendidas".
Al mismo tiempo, según Lavrov, Moscú no va planteando el tema de la abolición de las sanciones y no ruega que las levanten.
Para el jefe de la diplomacia rusa, es una cuestión para los que decidieron introducirlas:
"Está en sus manos decidir qué quieren: mantener el 'statu quo' vigente o que se imponga el sentido común", concluyó.
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