El analista turco Murat Yetkin pregunta si "Erdogan está encadenado al partido ultranacionalista del Movimiento Nacionalista (MHP), de extrema derecha conservadora y euroescéptica que encabeza el académico economista Devlet Bahceli".
Más allá de las disensiones internas, estaríamos hablando de más del 20% de un voto ultranacionalista cuando el mundo se 'desglobaliza' por doquier y se reorienta al camino nacionalista.
El nuevo Erdogan no oculta la nostálgica megalomanía del anterior imperio otomano de proclividad irredentista, hoy país 'pivote' de gran relevancia geopolítica como cruce de Europa y Asia: "Turquía ha decidido tomar el lado del crecimiento, desarrollo, inversiones, enriquecimiento y ser un país con reputación, honorable e influyente en todas las áreas del mundo".
Pone de relieve que las nuevas reformas constitucionales le concederán al sultán "el poder de disolver el Parlamento, establecer decretos ejecutivos y declarar el estado nacional de emergencia", además de "nombrar los puestos principales del Gobierno e interferir en el poder judicial".
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Para Breitbart, todos los que son rivales de EEUU son "autócratas", y sintetiza una lista de los líderes que felicitaron a Erdogan: el presidente iraní, supuestamente elegido por su pueblo, Hasán Rohaní; el presidente palestino Mahmud Abbas; Haidar Aliyev, presidente de Azerbaiyán; el emir de Catar, Al Thani, y el presidente de Uzbekistán, Mirziyoyev.
Breitbart omite la felicitación de la canciller Angela Merkel de Alemania, donde habitan entre dos y tres millones de turcos.
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Las otras felicitaciones de los supuestos 'autócratas', con la excepción notable del presidente de Venezuela, forman parte de las nuevas relaciones geopolíticas que mantiene Turquía con Rusia y con Irán.
El país otomano mantiene una base militar poco publicitada en Catar, nada coincidentemente enemigo del restante de las otras cinco petromonarquías del Consejo de Cooperación del Golfo, hoy dislocado, y que encabezan militarmente Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos.
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Las relaciones de Erdogan con los mandatarios de Azerbaiyán y Uzbekistán son más que normales para cualquiera que conozca mínimamente los alcances 'otomanos' en la región del Turkestán, que los persas definen como la región de origen turco-mongol que va del mar Caspio pasando por Asia Central hasta Xinjiang: la provincia islámica suní de China.
The Financial Times (26.06.18), rotativo 'globalista' vinculado a la banca Rothschild, expone la "angustia de los inversionistas" sobre la deuda turca y la política antiortodoxa desde el punto de vista monetarista/centralbanquista de Erdogan. Turquía ostenta una inflación superior al 12% y una devaluación de la lira turca del 20%, concomitante a la caída de la bolsa de Estambul de otro 20% cuando el incremento de los precios del petróleo y "el ambiente desfavorable de los mercados emergentes en general ha agudizado sus desequilibrios económicos".
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FT advierte también que el "crecimiento económico a ultranza" de Erdogan deberá ser yugulado, ya que de otra forma enfrentará "una crisis de desequilibrio de pagos" y una "posible intervención del FMI". ¡Ni más ni menos que la reciente 'argentinización'!
EEUU y la OTAN, fuera de las ominosas presiones financieras de la City y Wall Street, no cuentan con muchas cartas en sus manos después de que Washington orquestara su fallito golpe de Estado contra Erdogan, lo cual fue considerado como un grave error por el exasesor de Seguridad Nacional de Carter, el recién fallecido Zbigniew Brzezinski, quien confesó que "EEUU estuvo detrás del golpe fallido en Turquía".
El rotativo turco Hurriyet expone al portavoz presidencial turco Ibrahim Kalm que no habrá "camino de retorno para la compra de los sistemas de defensa antimisiles rusos S-400 —que serán librados el año entrante—, pese a las amenazas de EEUU de aplicar sanciones".
La tónica es hoy del nacionalismo: el portavoz agregó que, aunque Ankara, miembro bizarro de la OTAN, preferiría mantener buenas relaciones con su "aliado" EEUU, "no permitirá limitaciones a su soberanía". El término "soberanía" está regresando al léxico universal después de haber sido borrado por los globalistas, hoy de capa caída cuando los liliputienses se rebelan contra el Gulliver 'financierista'.
Erdogan no se caracteriza por ser una persona fácil de doblegar, en particular ante la amenaza de una enmienda del Congreso de EEUU de imponer sanciones a los países y compañías que compran armas rusas con el pretexto de que el despliegue de los S-400 pondrían en peligro los vuelos de la OTAN, y en especial de los aviones furtivos F-35 que planea(ba) comprar Turquía.
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Pese a los altibajos conocidos de Turquía y Rusia, con un pesado pasado de confrontación a cuestas —sumado del no muy lejano derribo de un avión ruso con la muerte de su piloto por los guerrilleros 'turcomenos' (en cielo y suelo sirios), además del asesinato del embajador ruso—, sus relaciones parecen haberse estabilizado a grado tal que Moscú librará sus S-400 a Ankara pese a las imprecaciones de EEUU, lo cual marcará el diapasón de la 'operabilidad' geopolítica y el verdadero margen de maniobra con el que dispone Erdogan, a quien le arrojarán todos los monstruos 'financieristas' de la City y Wall Street para devorarlo.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK