Varios medios 'mainstream', entre ellos el Financial Times, indicaron que las expectativas de esta reunión son muy bajas.
"No obstante, como suele pasar a menudo, la realidad es mucho más complicada que los clichés propagandísticos", señala el columnista.
Trump recordó en la cumbre del G7 que los habitantes de Crimea realmente hablan ruso. El presidente estadounidense no piensa lograr lo imposible, sino que necesita ayuda rusa en un asunto muy diferente, mucho más importante para la Casa Blanca.
Se trata del mercado de petróleo: sin asistencia de Rusia, la política actual de Washington respecto a Irán causará un daño serio, aunque indirecto, a la economía estadounidense y un considerable daño directo a la economía de sus aliados clave.
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En la época de Obama, muchos Estados recibieron permiso de la entonces Administración de Washington de no participar en las sanciones.
Ahora la Administración Trump está tratando de ponerle fin a esto y asegurarse de que el embargo petrolero antiiraní se respete por todos al cien por cien. La agencia de noticias británica Reuters escribió el 27 de junio: "Estados Unidos ha dicho a los países que recorten todas las importaciones de petróleo iraní a partir de noviembre y es poco probable que se hagan excepciones".
Según Danílov, fue esta noticia la que causó el reciente aumento en los precios del crudo Brent, que crecieron de 74 a casi 78 dólares por barril, ya que el mercado mundial comenzó a considerar las perspectivas de trabajo en condiciones de escasez de petróleo causada por estrictas medidas para aplicar las sanciones contra Irán.
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Las acciones de EEUU tendrán varias consecuencias negativas graves, opina el columnista. Obligar a Japón, la India y especialmente a la Unión Europea a renunciar al petróleo iraní será muy difícil, especialmente en las condiciones de guerra comercial que Trump desató con todo el mundo, señala.
"Cuantos más países, de una forma u otra, ignoren las demandas estadounidenses, mayor daño sufrirá la reputación estadounidense en el ámbito global".
Además de la geopolítica, el problema tiene aspectos económicos. Trump está extremadamente descontento con las acciones de los participantes en el acuerdo de la OPEP + Rusia.
EEUU planea destruir la OPEP usando la misma arma que puso fin al imperio de Rockefeller https://t.co/7qzCmyS9vx
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) June 21, 2018
Washington no está satisfecho con la renuencia de la OPEP y Rusia de compensar totalmente los volúmenes de petróleo iraní en el mercado mundial.
Danílov opina que el problema iraní fue uno de los temas clave de la agenda de la reciente reunión entre el ministro de Energía, Alexandr Nóvak, y el secretario del Tesoro de EEUU, Steven Mnuchin, responsable de la política de sanciones estadounidenses. Antes de la reunión, CNBC escribió abiertamente: "EEUU puede pedirle a Rusia más petróleo en las condiciones de las próximas sanciones iraníes".
Al mismo tiempo, el autor no excluye que Trump trate de intimidar al mandatario ruso con la llamada Ley Contra Cárteles de Producción y Exportación (NOPEC, por sus siglas en inglés), que permitiría a los tribunales estadounidenses considerar demandas antimonopolio contra los participantes de cárteles de petróleo, o con unas nuevas sanciones contra Moscú.
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Sin embargo, los intentos de Trump de relajar el ambiente en vísperas de las negociaciones en Helsinki indican que el presidente de EEUU entiende la inviabilidad de un enfoque tan agresivo.
"Tendrá que pedir ayuda rusa. Pedir y no amenazar. Ahora, la principal intriga de la cumbre son las concesiones respecto a ciertos problemas globales o conflictos regionales que el mandatario estadounidense esté dispuesto a hacer a cambio de la ayuda rusa", concluye Danílov.
El servicio de prensa del Kremlin comunicó el 28 de junio que la tercera reunión entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y su homólogo ruso, Vladímir Putin, tendrá lugar el lunes 16 de julio en la capital de Finlandia.