El científico jefe de la Liga de Protección de las Aves, Jeremy Dupuy, señaló en unas declaraciones a Sputnik que la desaparición de algunas especies va en aumento, entre ellas la curruca zarcera, el aguilucho cenizo, el cernícalo vulgar y varias otras. La población de alondra común se redujo en un 35%, mientras que la perdiz roja es el ave más afectada, con una reducción del 80%.
"Hay un estudio que muestra que los neonicotinoides pueden tener un efecto directo. Cuando los pájaros tragan semillas cubiertas con estas sustancias, simplemente mueren", explicó Dupuy.
Según el investigador principal del Centro Nacional de Investigación Científica, Vincent Bretagnolle, se están buscando formas que permitan evitar el uso de los herbicidas. El especialista aseguró tener soluciones listas para ser puestas en práctica.
"Es posible aumentar los ingresos de los agricultores sin perder la cosecha, y al mismo tiempo, reducir el uso de fertilizantes nitrogenados y herbicidas", aseguró.
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Bretagnolle culpa parcialmente a los agricultores de la situación actual.
"Por supuesto, los agricultores participan en el mantenimiento de esta diversidad biológica, pero esta diversidad biológica es necesaria para sus actividades agrícolas y sus ingresos", subrayó.
Sin embargo, el agricultor Benoit Vignaud no está de acuerdo con los resultados de la investigación de Bretagnolle.
Mientras tanto, las aves son muy buenos indicadores de la calidad del medio ambiente, ya que están en la parte superior de la cadena alimentaria, observó Jean-Michel Passerault, presidente del Grupo Ornitológico del Departamento de Deux-Sevres.
"Me temo que el coraje político se mostró impotente frente al 'lobby' de los grandes negocios de agricultura. Para mí no todos los agricultores son iguales. Está claro que muchos están preocupados por este asunto y están intentando salir de este sistema", señaló a la agencia.