Hoy en día ni un solo país cuenta con tecnología semejante. Según los expertos, entrevistados por el diario ruso Izvestia, el nuevo sistema permitirá reducir considerablemente el tiempo que suelen demandar las operaciones de rescate.
El casco del AS-40 Bester fue producido con una aleación de titán. Su desplazamiento alcanza 50 toneladas mientras que la profundidad máxima a la que el aparato es capaz de operar llega hasta los 790 metros. Además, Bester tiene baterías muy potentes que generan energía suficiente para cuatro o cinco sumersiones realizadas a grandes profundidades.
Seis personas integran la tripulación de Bester: tres se quedan a bordo del Podmoskovie para facilitar la sumersión del aparato y tres lo controlan desde dentro. El aparato está dotado con cámaras de televisión y un mando táctil que ayudan a controlarlo.
Actualmente los marineros del Podmoskovie efectúan experimentos relacionados con el transporte del batiscafo. Si el aparato pasa exitosamente estos ensayos será instalado a bordo de otros submarinos, declaró el submarinista y veterano ruso Vladímir Áshik en una entrevista al diario Izvestia.
Lo más interesante es que hasta la fecha los marineros solían tardar hasta tres días para trasportar los equipos de rescate al lugar del naufragio. Lo hacían utilizando buques comunes y no submarinos. Ahora un submarino puede trasportar los equipos de rescate de una manera más efectiva.
Inicialmente el submarino atómico BS-64 Podmoskovie fue construido con base al proyecto 667BDRM que es codificado en los países de la OTAN como Delta-IV. Posteriormente este sumergible fue rediseñado en el aparato de designación especial capaz de operar en aguas profundas. Este rediseño se efectuó según el proyecto 09787 (Delta-IV Stretch).