Tras muchos días de depreciación constante, la lira turca mostró una dinámica positiva en relación a casi todas las monedas y especialmente respecto al dólar: concretamente se encareció un 3%. Esta consolidación, según opinan los analistas del portal ruso Vesti Finance, se debió al hecho que el banco central del país otomano decidió aumentar el 3% la tasa de préstamos a la ventana de liquidez tardía hasta situarla en el 16,5%. Este máximo no se había registrado en Turquía desde 2009.
Aparte de eso, el regulador turco comunicó que admite la posibilidad de que se extraiga liquidez de la economía turca. No es un secreto que la retirada de una gran cantidad de la lira del mercado es capaz de provocar el aumento del tipo de cambio de la moneda nacional.
Sin embargo, los autores del artículo consideran que esta jugada apenas podrá salvar a la lira, ya que hay un serio problema que pone en tela de juicio su futuro. Resulta que las reservas que Turquía mantiene en moneda extranjera se redujeron hasta los 135.000 millones de dólares. Este monto es mucho menor que la suma de las obligaciones a corto plazo del país otomano, estimadas en 250.000 millones de dólares.
"Si el caos [la depreciación de la moneda turca] prosigue, Erdogan podría tropezar con una seria crisis política, social y económica", concluyen los periodistas.
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Para luchar contra la crisis monetaria que actualmente atraviesa el país, el Banco Central de Turquía declaró que permitiría a los exportadores amortizar los créditos, tomados en dólares, pagando con la moneda nacional.