Herramienta frágil
"El dólar como moneda mundial y Wall Street como centro financiero clave del mundo ayudan a Estados Unidos a ejercer influencia en sus amigos e intimidar a los enemigos", cita el analista a la agencia Bloomberg.
Según el analista, esta herramienta es muy eficaz: nadie quiere sentir la presión del boicot de la economía global controlada por EEUU, ni perder la oportunidad de comerciar en dólares ni tampoco perder acceso al mercado estadounidense.
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Sin embargo, la Administración Trump actúa como un elefante en una cacharrería.
"Parece que el Gabinete actual se ha embriagado de sus capacidades en la política de sanciones. No comprende que las sanciones son una herramienta de influencia muy limitada y frágil", cita el experto al investigador principal de la Fundación Carnegie, Jarrett Blanc.
Factor colectivo
La herramienta de sanciones tiene unas claras condiciones y limitaciones. Primero, deben ser colectivas.
El primero en destruir este principio fue Obama en su guerra de sanciones contra Rusia. Los economistas creen que Occidente perdió casi 44.000 millones de dólares, de los cuales el 40% es de Alemania, y solo el 0,6% de EEUU.
Sin embargo, Obama al menos trató de coordinar sus pasos con sus aliados. Mientras tanto, Trump ignora reiteradamente los intereses de Europa: primero introdujo sanciones unilaterales contra Rusia y luego contra Irán.
"Este egoísmo económico hace que el mundo deje de creer en la estabilidad y fiabilidad del sistema financiero controlado por EEUU. Como resultado, crece la demanda de instituciones financieras alternativas a las estadounidenses", observa el analista.
Por ejemplo, China ofrece su alternativa de yuan y bancos globales. Poco a poco se está formando el mecanismo de interacción de los sistemas monetarios de todo el BRICS.
Si la UE quiere deshacerse de Washington y crear el 'petroeuro', tendrá que contar con Moscú https://t.co/cTTSkmME6d
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"La disponibilidad de varias opciones neutraliza la herramienta financiera estadounidense. Naturalmente, ni mañana ni pasado la gente dejará de usar el dólar. Sin embargo, el proceso ya ha comenzado y será extremadamente difícil detenerlo", opina Mirzayán.
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Objetivos
En segundo lugar, las sanciones deben tener un objetivo claro que sea mínimamente justificado. No obstante, "los altos funcionarios de la Administración Trump no ocultan que el propósito de las sanciones estadounidenses es el cambio de régimen en Irán, el derrocamiento de Putin en Rusia y la 'salvación' de Corea del Norte de Kim", prosigue Mirzayán.
El analista opina que la Administración Trump lo entiende, pero tiene unas prioridades diferentes. "Trump no está protegiendo el capital financiero estadounidense, sino sobre todo a los empresarios", explica.
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Según Mirzayán, todas las guerras comerciales libradas por Trump, que indignan a los aliados de EEUU y socavan la matriz del dominio estadounidense, buscan proteger el mercado estadounidense y fortalecer las empresas nacionales, lo que, a su vez, crea empleos para el electorado de Trump.
El mandatario actual de EEUU cree que el país tiene suficiente ventaja militar como para proteger los intereses estadounidenses, añade el experto.
"Este uso salvaje de la herramienta punitiva es parte de la visión de Trump de la política exterior, donde hay muy poco espacio para las negociaciones, mientras que la presión financiera y de fuerza se están expandiendo, generando preguntas entre los aliados de EEUU y otros países del mundo, que podrían acabar con este dominio", concluye Guevorg Mirzayán.