"Llegó el momento de que las autoridades británicas se disculpen ante Rusia, por las acusaciones infundadas, acompañadas de una campaña antirrusa sin precedentes, de contestar a las preguntas que oficialmente se presentaron, de comenzar a cooperar con las fuerzas rusas de seguridad, así como de terminar con el aislamiento de los dos ciudadanos rusos, dijo.
"El 1 de mayo, en el Comité de Defensa del Parlamento Británico, el asesor del primer ministro de Seguridad Nacional, Mark Sedwill, dijo que la investigación no tiene sospechosos, que según declaraciones oficiales y en prensa la sustancia venenosa A-234, de acuerdo a la clasificación británica, fue producida por una decena de países occidentales", manifestó el representante de la Embajada.
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Las relaciones de Rusia y el Reino Unido empeoraron drásticamente tras el envenenamiento del exagente doble Serguéi Skripal y su hija, ocurrido en la ciudad británica de Salisbury a principios de marzo, del que Londres acusó a Moscú y provocó una oleada de expulsiones de diplomáticos rusos.
Moscú rechaza las acusaciones británicas, que considera infundadas, y sigue reclamando acceso a las pruebas para poder colaborar con la investigación.
Hasta ahora sigue siendo una incógnita la procedencia de la toxina usada en el caso Skripal, solo se sabe que se trató de una sustancia neuroparalizante, como lo confirmó la Organización para la Prohibición de Armas Químicas.