Casi son como el agua y el aceite. Es decir, dos sustancias que se repelen mutuamente y no pueden vivir juntas. Pero, tras las recientes elecciones parlamentarias del 4 de marzo, ambas formaciones políticas se han apuntado al arte de lo imposible y han sorprendido a todos los politólogos al negociar y suscribir un plan conjunto de gobierno. El programa de coalición, bautizado como "el contrato por el gobierno del cambio", es un documento bipartidista que desglosa 38 puntos clave, algunos de ellos muy polémicos.
No te lo pierdas: Programa del posible Gobierno de Italia prevé suspensión de sanciones antirrusas
El texto, de 58 páginas de extensión, incluye, entre otras medidas, la expulsión inmediata de los 500.000 inmigrantes ilegales que actualmente viven en Italia (páginas 26-27), una fuerte reducción de la presión fiscal con una tarifa plana del Impuesto sobre la Renta a las Personas Físicas o "flat tax" (página 19), la creación de una renta básica de 780 euros mensuales para que los italianos desempleados (página 34) se reinserten en la vida social y laboral del país, así como la subida de las pensiones hasta la citada cantidad.
Más aquí: "La coyuntura internacional no afectará la cooperación entre Rusia e Italia"
Este amplio y ambicioso programa de gobierno ha desatado la perplejidad y la desconfianza en Bruselas, en los mercados de valores internacionales y entre la patronal italiana, sobre todo, porque ponerlo en marcha puede suponer un coste adicional de 100.000 millones de euros.
En su primera alocución pública, el primer ministro "in pectore" se comprometió a ser "el abogado defensor del pueblo italiano" con empeño y responsabilidad. Y en un claro mensaje dirigido a los intranquilos mercados y observadores internacionales, Conte declaró que abogará por la "colocación europea" de Italia.
Te puede interesar: Estallan en Italia los ánimos europeos
En cualquier caso, la mera posibilidad de esta "unión del agua y el aceite" constituye un hecho inédito en la historia moderna de la tercera economía más grande de la Eurozona, una economía con un sistema bancario débil y una fuerte deuda pública. "Que un técnico represente a un gobierno político es una circunstancia sin precedentes que expone al Gobierno a riesgos muy altos", subraya Maurizio Molinani, director del diario La Stampa, editado en Turín, ciudad cuna de la marca de automóviles Fiat.
"Esto es un laboratorio, en cierto modo. Nadie sabe qué pasará, porque es un gobierno sin precedentes, y las dos partes de este gobierno son virtualmente incompatibles", reconoce Sergio Fabbrini, profesor de Ciencias Políticas y director de la Escuela de Gobernanza de la Libre Universidad Internacional de Estudios Sociales Guido Carli (LUISS, por sus siglas en italiano).
"La cuestión principal es ¿cómo se gobierna un país como Italia, un gigante industrial, con un gobierno populista, en una gran democracia con las restricciones de la Eurozona?", se interroga Fabbrini.
El director del diario La Stampa también se pregunta si el programa de coalición contiene "respuestas eficaces para afrontar el problema de las desigualdades sociales". Habrá que verlo con mucho interés.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK