En una reunión que celebraron el 17 de mayo Putin y su par sirio, Bashar Asad, el presidente ruso declaró que "al comenzar una etapa más activa del proceso político, las fuerzas armadas extranjeras se retirarán del territorio de la República Árabe Siria".
"Se trata de todas las unidades militares extranjeras, cuyo contingente está en el territorio en Siria, incluidos EEUU, Turquía, Hizbulá y por supuesto Irán", precisó Lavréntiev.
"Por otro lado, no tenemos allí casi nada excepto nuestras dos bases", indicó.
Rusia lanzó en septiembre de 2015 una ofensiva aérea en el país árabe a solicitud del presidente Asad.
Después de que el 6 de diciembre el Estado Mayor General de Rusia anunciara que todos los territorios controlados antes por los terroristas de Daesh (autodenominado Estado Islámico, prohibido en Rusia y otros países) en Siria fueron liberados, el presidente ruso ordenó el tercer recorte del contingente ruso emplazado en el país árabe.
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A mediados de marzo de 2016, Rusia procedió a una retirada parcial de su grupo militar de Siria, al dar por cumplida la misión.
De momento Rusia mantiene la presencia militar en la base aérea de Hmeymim y en el puerto de Tartus para poder enviar refuerzos en caso necesario.
Mientras EEUU, liderando la coalición internacional antiterrorista, desde 2014 lanza ataques aéreos contra los terroristas en Siria, sin consentimiento de las autoridades del país árabe.
Los militares turcos apoyan en el país árabe al opositor Ejército Libre Sirio, con que lleva a cabo la operación en el cantón de Afrín, provincia noroccidental siria de Alepo, dirigida contra grupos yihadistas y las milicias kurdas que Ankara vincula con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), formación que considera terrorista.
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Por su parte, Hizbulá apoya a Damasco en la lucha contra los terroristas en el país.