"No hay dudas de la enorme desidia en el estado y mantenimiento del submarino, que no estaba en condiciones de navegar ni de realizar operaciones", aseguró Tagliapietra, querellante en el caso judicial que investiga la desaparición del buque.
"Por otro lado, se están tomando declaraciones testimoniales, y cada una abre un nuevo abanico de cosas a requerir", contó Tagliapietra, padre del teniente de corbeta Alejandro Damián Tagliapietra, de 27 años.
Aunque los familiares no pudieron ingresar al Congreso para ser testigos de su declaración, el martes fue interrogado por una comisión bicameral del parlamento el exjefe de la Armada Marcelo Srur, apartado de la fuerza por decisión del presidente Mauricio Macri un mes después de que se perdiera el submarino en las aguas del Atlántico Sur.
"Así se viene desarrollando esta investigación que va avanzando a paso firme aunque todavía estamos en pañales, porque esta causa va a ser muy compleja", sostuvo.
Al respecto, "coincidimos con la jueza en no descartar ninguna hipótesis", subrayó Tagliapietra, abogado de profesión.
Interrogantes y suspicacias
A lo largo de la pesquisa, han surgido distintas líneas de investigación que deben ser confirmadas o refutadas.
"De parte de la Armada no hubo una respuesta formal, sólo contestaciones evasivas, mientras que el jefe de gabinete de ministros, Marcos Peña, contestó que se trataba de una sonoboya lanzada por avión norteamericano, cuando éstas no tienen un collarín rojo atado al fondo".
Tampoco ha sido citado ni se aclaró lo que dijo el suboficial de comunicaciones Rubén Espíndola, que aseguró haber escuchado a las 14.18 (17.18 GMT) del 15 de noviembre tres frecuencias que atribuyó al submarino pero que no pudo descifrar.
"Quedan muchas cosas turbias por esclarecer, como lo de las bengalas de emergencia que se encontraron (de color blanco, cuando se supone que las de los submarinos son verdes o rojas) o los "golpes de casco" que detectó en el fondo del mar, seis días después de la desaparición del navío, un sonarista suboficial de la Armada a cargo de una corbeta.
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La comisión bicameral del Congreso interrogará este miércoles al contraalmirante Eduardo Pérez Bacchi, inspector de la Auditoria General de la Armada, quien podrá mostrar "las falencias del mantenimiento que tenía el submarino".
Hasta junio, añadió Tagliapietra, desfilarán ante el cuerpo parlamentario todos los jefes de la Armada.
Búsqueda del submarino
En la actualidad, sólo una corbeta de la Armada argentina inspecciona la zona donde desapareció la embarcación cuando se navegaba en el Golfo de San Jorge a 240 millas náuticas (432 kilómetros) de la costa argentina.
La comisión encargada de seleccionar a la compañía, que tiene hasta el 2 de julio para designarla, no está integrada por técnicos, observó el abogado.
"Sólo está el jefe de gabinete de ministros, Marcos Peña, el ministro de Defensa, Oscar Aguad, y su secretaria, cuya función no entendemos", criticó.
Mientras tanto, "estamos en medio de un pliego burocrático que dilata en el tiempo la contratación, y que impone un límite al área de búsqueda y también un límite de tiempo", afirmó.
Renuncia del ministro de Defensa
El padre del submarinista que navegaba en el San Juan, junto a otros familiares, pide la dimisión del ministro de Defensa Oscar Aguad, porque en su comparecencia ante la comisión bicameral del Congreso el pasado 16 de abril expresó "una sarta de mentiras, muchas respuestas dilatorias y otras evasivas, demostrando que no es digno de ocupar su puesto".
Aguad se limitó a presentar un escrito cuando fue requerido por la jueza federal Marta Yáñez, recordó Taglapietra.
El abogado denunció en marzo al titular de Defensa por los delitos de abandono de persona, encubrimiento, incumplimiento de los deberes de funcionario público y traición a la patria.
El juez federal Luis Rodríguez ha dado trámite a la denuncia por entender que está fundamentada.
"Espero que después Aguad no dé explicaciones tan suelto de cuerpo, sino ante un juez como corresponde", concluyó el padre del submarinista.
Tres horas después de que el submarino contactara con tierra por última vez, se registró una explosión a 48,28 kilómetros de su última posición, en coincidencia con el trayecto que cursaba hacia Mar del Plata (sureste), donde se encuentra el apostadero habitual del navío.