Según los datos preliminares, el bloque Sairun ('Marchemos', en español) está liderando en 6 de las 18 provincias de Irak, a pesar de que el favorito para ganar las elecciones parlamentarias era la coalición Nasr ('Victoria'), encabezada por el primer ministro iraquí, Haider Abadi.
Este clérigo chií es partidario de una teocracia islámica parecida a la iraní, por lo que se ha convertido en un adversario de Washington. Además, fue el líder del Ejército de Mahdi, que causó grandes problemas para EEUU en 2004, cuando encabezaron una sublevación chií en contra de "la administración ocupante" de EEUU en el país. Aquel año, los estadounidenses y sus aliados libraron feroces combates contra el Ejército Mahdi. Como resultado de esta lucha, las partes llegaron a un acuerdo y el clérigo frenó el movimiento aunque sus adeptos finalmente no fueron desarmados.
"Hoy en día, EEUU ha llegado a entenderse de una u otra manera con las autoridades actuales en Irak, pero cuando aparezca el Gobierno de Sadr —si es que aparece— Washington tendrá dificultades a la hora de influir en la política iraquí", declaró a Expert el politólogo ruso del Centro ruso de Investigaciones Árabes, Vladímir Isáyev.
De acuerdo con Isáyev, el clérigo chií tiene una oportunidad real de determinar y cambiar la política del país. Entre otras cosas, es probable que el líder de Sairun se atenga a la línea más dura en relación al Kurdistán iraquí, región que celebró el año pasado un referéndum en el que un 93% de los votantes apoyó la opción de independizarse.
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Según el experto Isáyev, tras ganar las elecciones parlamentarias Muqtada Sadr puede rechazar brindar este apoyo.
"El líder del Sairun es chií y los que pretendían crear un califato eran radicales sunníes. Es por eso que entre ellos y Sadr no hay ninguna pared ideológica insuperable. La diferencia radica en la política de ambos hacia Irán: el clérigo buscará acercarse a Teherán", cita el periodista ruso las palabras de Isáyev.
De acuerdo con el autor del artículo, todo depende de la evolución de Sadr. El periodista menciona un momento positivo que tuvo lugar durante la campaña electoral. Sairun recurrió no tanto a las ideas teocráticas sino a la idea de conseguir la unión a nivel nacional.
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"Esta intención es bastante lógica en un país corroído por las hostilidades interconfesionales. Lo más interesante es que los comunistas iraquíes —que fueron perseguidos durante el Gobierno de Saddam Hussein— ahora son socios de los partidarios de Muqtada Sadr en el bloque Sairun y tratan de presentarse como una fuerza capaz de apaciguar a la sociedad iraquí", recordó Isáyev.
De acuerdo con el experto, si las intenciones anunciadas por Sairun coinciden con sus acciones, Muqtada Sadr podría convertirse en la persona que devuelva la paz a Irak.