"A mí me parece que la influencia de los asesores estadounidenses debería ser suficiente para contener a ambos lados de este conflicto, que por ahora sigue siendo más político que militar. A no ser que [EEUU] apueste por este conflicto, pues la situación en Siria está mejorando, y nuestros socios estadounidenses necesitan ejercer un 'control por la fuerza' sobre la región [de Oriente Medio]", puso de relieve el analista.
Recientemente se ha informado de que los militares de Irak establecieron su control sobre una planta eléctrica, una fábrica de procesamiento de gas y otras instalaciones en la provincia de Kirkuk a raíz de la ofensiva que Bagdad lanzó contra los kurdos, según informan fuentes en la gerencia militar iraquí.
En la madrugada del 16 de octubre, el primer ministro iraquí, Haider Abadi, ordenó a las fuerzas gubernamentales garantizar la seguridad de las bases y las instalaciones gubernamentales en Kirkuk. En los combates con los kurdos las fuerzas de Bagdad emplearon tanques estadounidenses Abrams.
Más aquí: Peshmerga considera el ataque contra Kirkuk como declaración de guerra a los kurdos
Los kurdos se hicieron con el control de Kirkuk, una zona que alberga grandes yacimientos de petróleo, tras expulsar a los terroristas de Daesh (autodenominado Estado Islámico, prohibido en Rusia y otros países).
El Kurdistán iraquí celebró el 25 de septiembre un referéndum no vinculante en el que un 93% de los electores, según datos oficiales kurdos, votó por separarse de Irak y proclamar la independencia. Dos días después del referéndum el Parlamento iraquí autorizó al primer ministro Al Abadi a enviar tropas a Kirkuk.