Alerta naranja en Suramérica
A las 6:48 de la madrugada de este sábado 13 de mayo, el presidente de Bolivia, Evo Morales, despertó la conciencia pública de toda la región al publicar una grave denuncia en su cuenta Twitter.
Denunciamos que EEUU y la OEA, implementaron un plan para derrotar a #Venezuela: Antes de las elecciones realizarán acciones violentas apoyados por los medios de comunicación y después de las elecciones intentarán una invasión militar con FFAA de países vecinos.
— Evo Morales Ayma (@evoespueblo) May 13, 2018
Al igual que Morales, la periodista argentina Stella Calloni llamó la atención de la opinión pública en torno a la gran amenaza que se cierne sobre Venezuela, al filtrar un documento secreto del Comando Sur de Estados Unidos.
Con la sincronía de una bomba de tiempo, Roger Noriega, exrepresentante permanente de Estados Unidos ante la OEA entre 2001 y 2003 y enemigo acérrimo del presidente Hugo Chávez, escribió en The New York Times que se habían acabado "las opciones para Venezuela", planteando como único camino el derrocamiento de Nicolás Maduro.
Para completar el panorama, la Embajada de Estados Unidos en Caracas, en una muestra de sospechosa clarividencia, informó a sus ciudadanos estadounidenses en Venezuela que antes y después de las elecciones presidenciales se esperan manifestaciones y focos de desestabilización.
Demonstration Alert: Various gatherings and demonstrations are planned to take place in the days prior to the May 20 Venezuelan elections. Similar events may continue after May 20. Monitor local media for updates. pic.twitter.com/Csu5iNgFTq
— US Embassy, VE (@usembassyve) May 11, 2018
La hoja de ruta para derrocar al chavismo
Un análisis estratégico hecho sobre los documentos filtrados del Comando Sur, así como de las declaraciones de los voceros militares y mandos medios del aparato diplomático estadounidense, permiten establecer con suficiente claridad cómo se desarrollará la periodización de la intervención contra Venezuela.
A pesar de que Estados Unidos, el grupo de Lima y la Unión Europea ya han afirmado que bajo "las actuales condiciones" no reconocerán los resultados, no puede perderse de vista que una candidatura única 'in extremis' provoque un efecto motivador en el sector de la oposición que aún no se deciden por ir a votar.
Un escenario de empate técnico entre el chavismo y la oposición brindaría un contexto propicio para la presión internacional en contra del Gobierno de Nicolás Maduro.
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En segundo lugar, Noriega reafirmó que el frente político no puede descartarse. En este, las principales acciones del Departamento de Estado estarían enfocadas en "animar a los venezolanos —incluidos los miembros de las fuerzas armadas— a restaurar la democracia", es decir, ejecutar un golpe de Estado.
En este punto, se estaría evaluando "liberar" una zona del país desde donde este Gobierno paralelo pueda ejercer funciones de hecho, con el respaldo y reconocimiento de la comunidad internacional aliada a Washington.
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En el documento del Comando Sur, Tidd enfatiza que, para derrotar al chavismo, hay que intensificar la guerra psicológica para provocar "exacerbar la división entre los miembros del grupo de Gobierno", en conjunto con acciones militares que comenzarán con protestas en los centros urbanos, especialmente en Táchira, donde el Gobierno venezolano ha logrado neutralizar numerosas mafias dedicadas al contrabando.
El plan Unitas Lix y el golpe final
Las operaciones de desestabilización podrían intensificarse con el anuncio de los resultados electorales la noche del 20 de mayo y se prevé que puedan durar hasta septiembre, momento en el que Colombia inicie el ejercicio aeronaval internacional Unitas Lix 2018.
Kurt Tidd explica con claridad que el Gobierno bolivariano solo puede ser derrocado a través de una "operación militar bajo bandera internacional, patrocinada por la Conferencia de los Ejércitos Latinoamericanos, bajo la protección de la OEA y la supervisión, en el contexto legal y mediático del secretario general [de la OEA], Luis Almagro".
El Unitas Lix no es más que la fachada para imponer de la manera menos traumática posible un bloqueo marítimo a Venezuela, así como ya ocurrió en 1902 contra el entonces Gobierno de Cipriano Castro.
No se trataría de un supuesto embargo anunciado por Washington, en el que este país dejaría de comprar la cuota de aproximadamente 700.000 barriles diarios y para cuyo escenario Venezuela se estaba preparando. En esta parte de la operación, el Unitas Lix se convierte en una seria amenaza para la supervivencia económica de la nación bolivariana, porque imposibilitaría la entrada y salida de los buques petroleros hacia los principales puertos.
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Es ahora que cobra fuerza sentido la salida intempestiva de Argentina, Brasil, Perú y Colombia de la Unasur.
No resultaba muy coherente que un órgano que plantea "consolidar una zona de paz suramericana y construir una visión común en materia de defensa", recibiera con docilidad la intención del Comando Sur de "avanzar en estacionar sus aviones de combate y helicópteros, vehículos blindados, posiciones de inteligencia" e incluso prisiones en la región suramericana.
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Otro objetivo de transformar Unitas Lix en una operación militar, tendría por objetivo generar una suerte de anillo de seguridad para evitar la aproximación de posibles fuerzas militares aliadas a Venezuela. Uno de los escenarios a los cuales habría que prestar mayor atención.
No obstante, ya Kurt Tidd tiene la solución: el "envío de la fuerza militar de la ONU para la imposición de la paz".
Sí, los mismos que se encuentran acusados de crímenes de abuso sexual en la República Centroafricana, Haití, Sri Lanka, entre otras partes del mundo.
Y ante los cuales "legalmente, las Naciones Unidas no pueden hacer nada al respecto" pues no cuentan con la jurisdicción para juzgarlos.
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Sin embargo, a pesar de los retos que se vislumbran para la nación venezolana, desde algún lugar nada lejano, Edward Said, el gran intelectual palestino, nos invita a ver el horizonte a través de las lecciones de la historia.
En ellas, dice Said, "nunca se dio el caso en el que un activo agente occidental tropezase con un nativo no-occidental débil o del todo inerte; en muchos casos, existió siempre algún tipo de resistencia activa y en la abrumadora mayoría de los casos, la resistencia finalmente triunfó".
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK