La causa de esta pérdida se debe a que Washington no invirtió suficientes recursos para mantener su poderío en el mundo, opina la periodista.
Según Applebaum, EEUU no apoyó como debería a sus partidarios en distintos países e invirtió escasos recursos en la administración de Europa. Trump, con su deseo de restablecer la hegemonía de Washington de una manera barata, solo aceleró la pérdida de prestigio por parte del país norteamericano.
Recientemente, el embajador estadounidense en Alemania, Richard Grenell, escribió en Twitter que "todas las empresas teutonas tuvieran que cesar sus actividades en Irán". El jefe de la misión diplomática de EEUU realizó estas declaraciones después de que Donald Trump decidiera retirar al país norteamericano del acuerdo nuclear firmado en 2015 con Irán.
Actualmente, Alemania y otros países europeos empezaron a discutir cómo podrían ignorar esta orden de EEUU, prosigue Marajovski.
"En EEUU no están seguros de que después de la Administración Trump se pueda fortalecer la unidad transatlántica", recalca Marajovski, a la vez que agrega que la única manera de conseguir esta meta, según el enfoque estadounidense, es oponerse juntos a Rusia.
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Lo más interesante, según Marajovski, es que la imagen de una Rusia agresiva solo sirve para un modelo de mundo decadente ideado por EEUU.
"Esta imagen ejerce ciertas funciones en este modelo: justificar el pago europeo [por su defensa] a EEUU, justificar el despliegue de las bases militares en Europa y justificar las redadas de desinformación dirigidas contra los políticos prorrusos", enfatiza el autor del artículo.
En paralelo, la imagen de una Rusia agresiva siempre ha estado acompañada por una real: en la que el país euroasiático se describe como una fuerte potencia que no quiere luchar contra Europa sino desarrollar el comercio, considera Marajovski.
"Esta existencia paralela de 'dos Rusias' condujo al desarrollo de una específica esquizofrenia", destaca el columnista.
Según Marajovski, esta esquizofrenia se revela en el hecho de que los países de la UE participan en festivales políticos, cuyo objetivo es resistir a una presunta amenaza rusa, y a la vez año tras año desarrollan la cooperación económica con Moscú.
"Aquellos países que se tomaron la rusofobia muy a pecho entraron en la historia como unos mega desafortunados", enfatiza el autor del artículo.
Marajovski hace referencia a Bulgaria y Francia.
En cuanto a Francia, el autor menciona el caso cuando París —durante el Gobierno de Francois Hollande—rompió el contrato que preveía el suministro de dos portahelicópteros de tipo Mistral para Rusia
"Recordamos que, tras este rechazo, Rusia recibió la documentación completa para los portahelicópteros galos, 1.000 millones de euros como indemnización y un multimillonario contrato con Egipto para el suministro de los helicópteros rusos Ka-52K, que fueron construidos especialmente para los Mistral. Francia sufrió pérdidas financieras y dañó su imagen", recuerda Marajovski.
Actualmente, la situación es completamente contraria, según el periodista ruso.
De acuerdo con Marajovski, los políticos europeos están viviendo un momento difícil.
"Una cosa es hablar sobre la supuesta amenaza rusa mientras que Washington lo paga todo y otra es cuando EEUU no paga nada pero exige con perseverancia el dinero y la sumisión [de Europa]", resume.
Marajovski considera que no hay que esperar que las elites europeas, formadas en el mundo en el que reinaba la hegemonía de EEUU, encuentren rápidamente otro enfoque. Es más probable que continúen actuando en concordancia con la ideología anterior.