"La idea de un helicóptero surcando los cielos de otro planeta es emocionante. El helicóptero que enviaremos a Marte promete mucho para la ciencia y para las misiones de exploración y reconocimiento en Marte", señaló el actual administrador de la NASA, Jim Bridenstine, en la página web de la agencia.
El resultado de arduos años de trabajo y de multitud de diseños, rediseños y pruebas es un helicóptero del tamaño de una pelota de tenis que pesa 1,8 kilogramos. Tiene dos líneas de hélices que rotan en sentido contrario la una de la otra; las encargadas de enfrentarse a la tenue atmósfera del planeta y de hacer que el aparato vuele a casi 3.000 revoluciones por minuto, unas 10 veces las revoluciones a las que vuelan los helicópteros en la Tierra.
"Después de que los hermanos Wright demostraran hace 117 años que los vuelos por motor, sostenidos y controlados eran posibles aquí en la Tierra, otro equipo de pioneros estadounidenses podría demostrar que eso mismo es posible en otro mundo", señaló Thomas Zurbuchen, administrador asociado de la Dirección de Misiones Científicas de la NASA en la sede que tiene la agencia en Washington.
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El diminuto helicóptero esconde varios ases bajo la manga, como unos paneles solares que tendrán que ser los encargados de que el aparato cargue sus baterías de litio y un mecanismo de calefacción que lo mantendrá caliente durante las frías noches marcianas.
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El todoterreno deberá encontrar una zona que reúna las características necesarias para lanzar al aire el helicóptero. Luego el automóvil se situará a una distancia prudente del aparato y desde allí le enviará las instrucciones. Cuando sus baterías se hayan cargado y haya pasado los test preliminares, desde la Tierra se le ordenará que alce el vuelo.
"Que seamos capaces de ver con claridad lo que hay al otro lado de una colina es crucial para exploradores futuros", explicó Zurbuchen. Los científicos de la NASA ya cuentan con datos de gran calidad desde la superficie marciana y desde su órbita. Si consiguen contar con los que recopilen a vista de pájaro, "quién sabe las misiones que seremos capaces de alcanzar en el futuro".
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