Para Erdogan, los países occidentales reaccionan con hostilidad a las iniciativas de Turquía en los Balcanes. El mandatario consideró que a algunos países no les gusta "la estrecha cooperación" de Turquía con Serbia, Bosnia y Herzegovina.
"Están tratando de distorsionar la esencia de nuestras acciones, porque les preocupa que nuestra cooperación esté dando frutos", afirmó Erdogan tras su encuentro con Vucic.
Sputnik consultó con analistas acerca de la política llevada a cabo por Turquía en los Balcanes. Rifat Sait, exdiputado del Parlamento turco por el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) y director del centro turco de Estudios Estratégicos de los Balcanes, puso el foco en las recientes palabras de Erdogan.
El experto consideró que el reciente acercamiento entre Turquía y Rusia tuvo un impacto positivo en las relaciones otomanas con Serbia, un país con el que Rusia mantiene relaciones amistosas desde hace mucho tiempo.
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"El fortalecimiento de Turquía en los Balcanes plantea serias preocupaciones en una serie de países que buscan crear un clima de crisis e inestabilidad en los Balcanes, como dijo Erdogan. Algunos países, en particular Francia, Estados Unidos y Alemania, expresan abiertamente su preocupación por la política turca en los Balcanes. ¿Y qué quiere Turquía? Turquía quiere paz y estabilidad en la región, desarrollo de relaciones en el ámbito del turismo y el comercio", apuntó Sait.
Por su parte, la directora del Centro de Estudios de los Balcanes y de Chipre del Instituto 21st Century Turkey, Gozde Kilic Yasin, recordó a Sputnik los estrechos lazos históricos entre Turquía y los Balcanes y la importancia mutua de esos países.
"Mientras tanto, Occidente ve la región, por un lado, como una fuente de ganancias con el contrabando de armas, drogas y personas; y por el otro, como un semillero de radicalismo y terrorismo", apuntó Yasin.
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