"Turquía continuará las operaciones en la región hasta eliminar al último terrorista en los territorios de Ayn al Arab a Hasakah en el norte de Siria y de Sinjar a Qandil en Irak", dijo Erdogan, citado por Anadolu.
A la vez, los intentos de redefinir las fronteras y establecer un nuevo statu quo en la zona "se hacen añicos frente a la voluntad de Turquía y del pueblo turco", afirmó Erdogan.
El presidente instó a fomentar el sector de defensa del país otomano: "Una potencia fuerte debe ser militarmente autosuficiente", dijo y mencionó a modo de ejemplo los tanques ALTAY, los helicópteros ATAK y los drones de asalto de fabricación turca.
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El 20 de enero, Ankara y sus aliados del opositor Ejército Libre Sirio lanzaron en Afrín, en el noroeste de Siria, la operación Rama de Olivo contra grupos yihadistas y las Unidades kurdas de Protección Popular (YPG), brazo armado del kurdosirio Partido de la Unión Democrática (PYD).
Para Turquía, las YPG son una extensión del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), prohibido en el país por considerarse una organización terrorista.
Damasco condenó la operación turca contra Afrín y subrayó que es parte inalienable del territorio sirio.
Moscú por su parte instó a todas las partes implicadas a actuar con contención y respetar la integridad territorial de Siria, mientras que la coalición de EEUU llamó a Turquía a obrar con moderación y advirtió que la operación en Afrín "distrae" de la lucha contra Daesh (o Estado Islámico, proscrito en Rusia).