La renovación de los equipos del veterano buque ruso, que realizó recientemente su primera operación de combate durante su despliegue en Siria, no solo abarcará los motores, componentes radioelectrónicos y sistemas de aterrizaje, sino que también se colocarán nuevas armas antiaéreas a bordo de la nave.
Poliment-Redut es un sistema antiaéreo de emplazamiento naval y representa una evolución del proyecto de los sistemas antiaéreos S-400: en particular, usa los mismos misiles que su 'hermano' terrestre y es capaz de lanzar proyectiles guiados contra blancos hostiles situados a distancias de entre menos de 1 kilómetro y 150 kilómetros.
En comparación, los sistemas anteriormente usados a bordo de un portaviones ruso —el Kortik y el Kinzhal— tienen un alcance máximo de entre 8 y 12 kilómetros, es decir, son aptos únicamente para la defensa a cortas distancias alrededor del buque.
Al combinar el Poliment-Redut con el Panstir-M, el Almirante Kuznetsov, en esencia, dispondrá de unas capacidades antiaéreas comparables a las de toda la base aérea rusa de Hmeymim, que también combina S-400 y Pantsir-S1 para poder contrarrestar tanto los ataques a larga distancia como las amenazas en las inmediaciones del recinto.
No obstante, los planes iniciales de sustituir los Granit por los más modernos Kalibr todavía no han sido confirmados. La Armada rusa espera reincorporar su buque insignia renovado para el año 2021.
No les gusta a los expertos occidentales: ¿Es el Almirante Kuznetsov realmente el peor portaviones del mundo?