"La característica más destacada de los Granit es que todos los misiles disparados en una salva [disparo simultáneo de varias piezas idénticas de artillería] pertenecen a un único ambiente informático y vuelan intercambiando información", comentó a Zvezdá Anatoli Svitsvov, vicedirector responsable del desarrollo de los misiles de crucero de la empresa NPO Mashinostroyenia.
Este intercambio le permite al Kuznetsov atacar todo un grupo de buques a la vez, lanzando varios misiles que luego deciden los blancos entre sí de manera autónoma según el tamaño y la posición.
"Dentro de las exigencias técnicas [demandadas por la Defensa], de hecho, estuvo la capacidad de hundir una agrupación naval —un portaviones y tres cruceros de escolta— en una salva", precisó Svintsov.
Cada Granit pesa siete toneladas, puede portar una ojiva convencional de 750 kilogramos o una ojiva nuclear de 500 kilotones (equivale a unas 33 bombas de Hiroshima) y tiene un alcance de hasta 700 kilómetros.
El módulo de apuntación está protegido de las interferencias, y el misil es capaz de lanzar sus propias contramedidas para confundir misiles antiaéreos.
En la clasificación de la OTAN, estos misiles se denominan 'Shipwreсk' —naufragio, en español—.
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