La medida permitirá que Serbia por primera vez lleve a cabo una investigación a nivel estatal de las consecuencias de la agresión de la OTAN.
El trabajo, que debe durar varios años, se llevará a cabo con la asistencia de todos los laboratorios estatales capaces de realizar estudios relacionados con los efectos nocivos de los proyectiles con uranio empobrecido de la OTAN en toda Serbia.
Uno de los principales partidarios de la creación del laboratorio es el mayor general retirado Slobodan Petkovic que durante los ataques de la OTAN coordinó las estrategias de protección biológica y química de las Fuerzas Armadas de Yugoslavia.
De acuerdo con un informe de Petkovic, durante la agresión de la OTAN se llevaron a cabo 112 ataques con proyectiles de uranio empobrecido en 91 puntos: 12 ataques en 9 puntos en Serbia, 2 en Montenegro y 98 ataques en 81 puntos en Kosovo.
La vida media del uranio empobrecido es de 4.500 millones de años.
"El uso de tales municiones en el territorio de la República Federativa de Yugoslavia como arma de destrucción en masa constituye una violación del derecho internacional humanitario y un delito grave, un crimen de lesa humanidad. Se arrojaron intencionalmente de 10 a 15 toneladas de desechos radiactivos en el país, aunque los que lo hicieron eran conscientes de las consecuencias para los civiles", concluyó Petkovic.
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