"Si me pregunta si esto [la llegada de inmigrantes venezolanos] está creando problemas a Brasil, de alguna manera sí; pero estamos cumpliendo los compromisos que asumimos", dijo el mandatario en una entrevista concedida a la Agência Brasil.
El presidente brasileño se refería a los tratados internacionales en los que el país se comprometió a acoger refugiados, y remarcó que "cerrar la frontera" es impensable, porque Venezuela está pasando por todo tipo de dificultades desde el hambre al desempleo.
En cualquier caso el presidente reconoció que cada día están entrando "muchos venezolanos" (según el Gobierno de Roraima entre 500 y 800 al día), pero matizó que la situación es muy diferente a la que vive Colombia, por ejemplo, donde se dirigen la mayoría de emigrantes.
"Hace pocos días estuve con el presidente [Juan Manuel] Santos, de Colombia, y él calcula que hay entre 300.000 y 400.000 refugiados en Colombia; aquí aún estamos en una franja de entre 50.000 y 60.000; ¿es un problema? Sin duda, pero Brasil está teniendo condiciones de acogerlos", aseguró Temer.
La situación de colapso de los hospitales, brotes de enfermedades como el sarampión y el aumento de la violencia fueron argumentos usados por la gobernadora del estado de Roraima, Suely Campos, para pedirle a Temer que cerrar la frontera de forma temporal.
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Pero el jefe de Estado expresó su negativa tajante y el Tribunal Supremo Federal dio un plazo de 30 días (que se cumple el 17 de mayo) para que ambos ejecutivos encuentren una solución pactada.
Mediante un programa voluntario ya se han realojado a 490 inmigrantes en los estados de São Paulo (sureste), Mato Grosso (centro-oeste) y Amazonas (norte).